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7 de julio de 2025 a las 09:20

Mujeres al mando

La conmemoración del primer voto femenino en México, un hito histórico que resonó el 3 de julio de 1955, nos invita a reflexionar sobre la trayectoria, a veces sinuosa, a veces esperanzadora, de la participación femenina en las esferas más altas del poder. Setenta años separan aquel primer sufragio de la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, siete décadas que condensan luchas, avances y desafíos pendientes.

¿Es mucho tiempo? ¿Es poco? La respuesta se matiza al observar el panorama global. De los 193 países que conforman la ONU, 113 jamás han tenido una mujer al mando. Esto nos ubica dentro de una minoría, el 42% de naciones que han confiado su destino a una jefa de Estado o de gobierno. Un dato que, si bien nos invita a celebrar el camino recorrido, también nos recuerda la inmensa tarea que aún nos queda. Gigantes como Estados Unidos, China y Rusia, potencias que influyen en el curso del mundo, aún no han roto ese techo de cristal. Lo mismo ocurre con España y Francia en Europa, gran parte de Asia, y en nuestra propia América Latina, naciones como Cuba, El Salvador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela esperan aún por ese momento histórico.

Si miramos a nuestros vecinos latinoamericanos, la llegada de una mujer a la presidencia en México podría parecer tardía. Casi cinco décadas nos separan del precedente marcado por Isabel Martínez de Perón en Argentina. Luego, una ola de liderazgo femenino recorrió la región: Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá, Michelle Bachelet en Chile, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Laura Chinchilla en Costa Rica y Dilma Rousseff en Brasil, abrieron brecha, demostrando con creces la capacidad de las mujeres para liderar naciones. A este grupo se suman las actuales mandatarias: desde Sandra Mason en Barbados, Sylvanie Burton en Dominica, Xiomara Castro en Honduras, Dina Boluarte en Perú, Christine Kangaloo en Trinidad y Tobago, hasta la más reciente, Claudia Sheinbaum en México.

No podemos olvidar a aquellas mujeres que, en momentos de turbulencia, asumieron el liderazgo de forma interina o provisional, figuras como Lidia Gueiler Tejada y Jeanine Áñez en Bolivia, y Ertha Pascal-Trouillot en Haití. Su papel, crucial en contextos de crisis, demuestra la capacidad de las mujeres para tomar las riendas en situaciones complejas y navegar en aguas turbulentas.

Actualmente, 26 mujeres lideran naciones en el mundo, un número que, si bien representa un avance, apenas alcanza el 14% de los miembros de la ONU. Seis de ellas se encuentran en América Latina, doce en Europa, cuatro en África, y dos en Asia y Oceanía, respectivamente. Un mapa que ilustra la desigualdad persistente y nos invita a redoblar esfuerzos. ¿Avanzamos como sociedad global hacia la equidad de género en las altas esferas del poder? La respuesta, aunque esperanzadora en algunos aspectos, sigue siendo un llamado a la acción. La lucha por la igualdad de oportunidades en la política, en la economía y en todos los ámbitos de la vida, es una tarea continua que demanda compromiso y perseverancia. El camino hacia una verdadera equidad de género aún es largo, pero cada paso, cada logro, nos acerca a un futuro más justo e igualitario.

Fuente: El Heraldo de México