
7 de julio de 2025 a las 09:50
Fortalece a la Guardia Nacional
Seis años han transcurrido desde la concepción de la Guardia Nacional, una institución que nació con la promesa de transformar el panorama de la seguridad en México. En este tiempo, hemos sido testigos de su veloz crecimiento, pasando de un cuerpo incipiente a una fuerza de más de 130,000 elementos desplegados a lo largo y ancho del país. Su presencia se ha extendido a prácticamente todos los rincones, abarcando desde la seguridad pública y el combate al crimen organizado, hasta la vigilancia de fronteras y la asistencia en desastres naturales. Su omnipresencia en el tejido social mexicano es innegable.
Sin embargo, la historia de la Guardia Nacional no se escribe únicamente con cifras y despliegues. Su narrativa está marcada por un intenso debate público, cuestionamientos sobre su naturaleza, su rol y su futuro. Concebida inicialmente como un cuerpo civil con formación militar, su adscripción a la Secretaría de la Defensa Nacional ha generado controversias y encendido la discusión sobre el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública. Este cambio de mando, lejos de apaciguar las aguas, ha reavivado la necesidad de un análisis profundo sobre el modelo de seguridad que queremos para México.
La disminución de los homicidios dolosos en los últimos meses, atribuida en parte al fortalecimiento de la Guardia Nacional, ofrece un resquicio de esperanza en un contexto complejo. Si bien estas cifras representan un avance, es crucial no caer en la autocomplacencia. La persistente percepción de inseguridad que aqueja a gran parte de la población nos recuerda que el camino hacia la paz y la tranquilidad es largo y sinuoso. No podemos limitarnos a celebrar las estadísticas, sino que debemos profundizar en las causas estructurales de la violencia y buscar soluciones integrales que aborden la raíz del problema.
La reciente aprobación de la Ley de la Guardia Nacional marca un hito en su consolidación como institución. Esta ley, que regula sus funciones, estructura y responsabilidades, es un paso importante para dotarla de un marco jurídico sólido. No obstante, la ley no es una varita mágica. Su eficacia dependerá de su correcta implementación, de la transparencia en sus procesos y, sobre todo, del respeto irrestricto a los derechos humanos.
El futuro de la Guardia Nacional está intrínsecamente ligado al futuro de la seguridad en México. Su éxito no se medirá únicamente por la reducción de las cifras delictivas, sino por su capacidad para construir confianza con la ciudadanía, para actuar con profesionalismo y apego a la ley, y para convertirse en un verdadero garante de la paz y la seguridad para todos los mexicanos. El reto es inmenso, pero la oportunidad de construir un México más seguro está al alcance.
La profesionalización de sus elementos, la coordinación eficaz con otras instituciones y la participación activa de la sociedad civil serán piezas clave en este complejo rompecabezas. Es imperativo fomentar una cultura de rendición de cuentas y transparencia en todas las acciones de la Guardia Nacional, para que la ciudadanía pueda evaluar su desempeño y exigir resultados. El diálogo abierto y la crítica constructiva son fundamentales para fortalecer esta institución y convertirla en un pilar de la seguridad democrática en México. No podemos permitir que la Guardia Nacional se convierta en un instrumento de control social, sino que debe ser una fuerza al servicio de la ciudadanía, comprometida con la protección de sus derechos y libertades.
Fuente: El Heraldo de México