
8 de julio de 2025 a las 01:45
Clara Brugada: Cero Tolerancia a la Xenofobia
La Ciudad de México, crisol de culturas y crisol de sueños, se enfrenta a un desafío tan antiguo como la propia urbanización: la gentrificación. El debate, avivado por recientes protestas en la alcaldía Cuauhtémoc, ha puesto sobre la mesa la compleja convivencia entre el desarrollo urbano y la preservación del tejido social. Las palabras de la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, resonaron con fuerza al afirmar que en la capital no hay espacio para la xenofobia ni la discriminación, un mensaje crucial en un momento en que la diversidad se ve amenazada por la homogeneización.
La gentrificación, ese proceso silencioso pero implacable, transforma la fisonomía de los barrios, atrayendo a nuevos residentes con mayor poder adquisitivo, mientras que los habitantes originales, a menudo con raíces profundas en la comunidad, se ven desplazados por el aumento de los precios de la vivienda y los servicios. Este fenómeno, lejos de ser exclusivo de la Ciudad de México, se replica en urbes de todo el mundo, convirtiéndose en un síntoma de la desigualdad que permea nuestras sociedades.
La declaración de Brugada Molina, al rechazar categóricamente la discriminación y la xenofobia, no se limita a una postura política, sino que se erige como un imperativo moral. La Ciudad de México, históricamente receptora de migrantes de todos los rincones del país y del mundo, se ha forjado a partir de la mezcla de culturas, tradiciones e ideas. Precisamente esa riqueza cultural, esa amalgama de voces y perspectivas, es lo que la convierte en un espacio vibrante y dinámico.
La jefa de Gobierno, al respaldar el llamado de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a rechazar cualquier forma de discriminación, reafirma el compromiso de la administración con la construcción de una ciudad inclusiva, donde la diversidad no sea vista como una amenaza, sino como una fortaleza. La lucha contra la gentrificación no se limita a la contención del aumento de los precios de la vivienda, sino que implica una profunda reflexión sobre el modelo de desarrollo urbano que queremos para nuestra ciudad.
El compromiso de Brugada Molina de presentar próximamente una propuesta para enfrentar la gentrificación y arraigar a la gente en sus barrios y colonias, abre una ventana de esperanza para quienes temen ser desplazados de sus hogares y sus comunidades. Esta propuesta, aún por definirse, deberá abordar las causas estructurales de la gentrificación, promoviendo políticas que garanticen el acceso a la vivienda digna para todos los sectores de la población, sin importar su origen o su nivel socioeconómico.
La Ciudad de México, en su incesante transformación, se encuentra en una encrucijada. El camino hacia el futuro debe ser un camino de inclusión, donde la diversidad sea celebrada y protegida, donde la gentrificación no sea sinónimo de desplazamiento, sino de una convivencia armónica entre lo nuevo y lo antiguo, entre lo local y lo global. La promesa de una ciudad para todas, todos y todes, es un desafío que requiere la participación activa de todos los actores sociales, desde el gobierno hasta la ciudadanía, para construir una ciudad más justa, más equitativa y más humana.
Fuente: El Heraldo de México