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7 de julio de 2025 a las 12:45

Apps: ¿La nueva frontera migrante?

La tensión migratoria en Estados Unidos se ha digitalizado. Dos aplicaciones móviles, ICEBlock e ICERaid, se enfrentan en una batalla virtual que refleja la profunda división social en torno a la inmigración. Mientras una busca proteger a los indocumentados de las redadas del ICE, la otra, con un enfoque ultraconservador, recompensa con criptomonedas las denuncias de "actividad sospechosa", que en la práctica se traduce en la persecución de migrantes.

José C., usuario de ICEBlock, describe la situación como una "guerra" en la que los conservadores se sienten "bajo ataque". Para él, la aplicación es una herramienta necesaria en un momento de extrema vulnerabilidad, donde la amenaza de deportación se cierne sobre muchos. Inspirada en Waze, ICEBlock funciona de forma colaborativa: los usuarios marcan en un mapa la presencia de agentes del ICE, enviando alertas anónimas en un radio de ocho kilómetros. Su lema, "See something, tap something" ("si ves algo, toca algo"), resume la filosofía de la aplicación: la protección comunitaria a través de la información en tiempo real. Con tan solo dos toques en la pantalla, cualquier persona puede contribuir a esta red de alerta temprana.

En el otro extremo del espectro ideológico, ICERaid se presenta como una plataforma de denuncia ciudadana, aunque con un sesgo claro hacia la delación de migrantes. Su líder, Enrique Tarrio, indultado por Trump tras su participación en el asalto al Capitolio, ha defendido públicamente la aplicación, argumentando que simplemente "incentiva" las deportaciones, una política que, según él, cuenta con respaldo popular. La oferta de criptomonedas a cambio de fotos, videos o ubicaciones de supuesta "actividad sospechosa" ha generado una fuerte controversia, ya que, aunque se aceptan denuncias de delitos comunes, la mayoría de los reportes se centran en migrantes indocumentados.

La figura de Joshua Aaron, creador de ICEBlock, también está en el ojo del huracán. En una entrevista con CNN, Aaron comparó la situación actual con la Alemania nazi, afirmando que "literalmente estamos viendo a la historia repetirse". Su motivación, según él, es "luchar" contra las deportaciones que considera injustas. Mientras tanto, Laura Sánchez, una mexicana residente en Los Ángeles, expresa su desesperanza ante un futuro incierto: "Seré franca: nuestra forma de vida ha terminado", declara. Su testimonio refleja el miedo y la angustia que viven muchas familias migrantes ante la creciente hostilidad.

La Casa Blanca ha calificado a ICEBlock como una amenaza, y el Departamento de Justicia investiga a Aaron por "poner en peligro a los oficiales". El ICE, por su parte, acusa a la aplicación de "incitar a la violencia" al revelar ubicaciones sensibles. Aaron rechaza estas acusaciones, insistiendo en que ICEBlock es una "herramienta informativa, no para confrontar". El silencio del gobierno ante las prácticas de ICERaid, que promueve la vigilancia civil pagada, contrasta con la persecución legal a la que se enfrenta ICEBlock. Esta disparidad plantea interrogantes sobre la verdadera intención detrás de estas acciones: ¿se busca realmente proteger a las autoridades o se pretende silenciar a quienes defienden a los migrantes?

En este nuevo escenario, las aplicaciones móviles se han convertido en armas ideológicas. Ya no se trata solo de conectar usuarios, sino de definir bandos. La resistencia y la persecución han encontrado sus propias plataformas, trasladando el campo de batalla al terreno digital. La lucha por los derechos de los migrantes se libra ahora también en la pantalla de nuestros celulares. El futuro de la inmigración en Estados Unidos, en parte, se decidirá en este nuevo frente virtual.

Fuente: El Heraldo de México