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7 de julio de 2025 a las 21:55

Alerta: Profeco investiga falsos jamones

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha destapado una olla a presión en el mercado del jamón. Tras un exhaustivo estudio de calidad realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, se ha revelado que 13 de 40 productos analizados no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-158-SCFI-2003, la cual dicta las características que un producto debe tener para ostentar la denominación de "jamón". Esto no solo implica un engaño al consumidor, sino que también plantea potenciales riesgos para la salud.

El titular de la Profeco, Iván Escalante Ruiz, ha sido contundente: se notificará a las autoridades competentes, incluyendo la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Se iniciarán, además, Procedimientos por Infracciones a la Ley (PIL) contra las marcas infractoras. Las consecuencias podrían ir desde la inmovilización de productos hasta su retiro definitivo del mercado.

La problemática radica en la aparición de productos que se autodenominan “embutidos”, “embutido cárnico”, o variantes similares, creando una especie de limbo regulatorio. Estos productos, aunque a menudo más económicos, escapan a las normativas que rigen la producción y etiquetado del jamón. Su composición nutrimental es un misterio, y su proximidad en los anaqueles con los jamones auténticos genera confusión en los consumidores, quienes pueden ser inducidos a comprar un producto diferente al que buscan, basándose en la similitud del empaquetado.

La investigación de la Profeco ha desvelado una serie de irregularidades. No solo se trata de productos que no cumplen con la denominación de origen del jamón, sino también de etiquetas engañosas que falsean el contenido neto, la información nutrimental, e incluso la cantidad de sodio. Esta práctica, según Escalante Ruiz, constituye un intento deliberado de engañar a los consumidores.

El estudio no solo se limita a señalar las irregularidades, sino que también profundiza en la clasificación del jamón según su contenido de proteína, grasa y fécula, elementos que impactan directamente en el valor nutricional y el precio. Se recuerda, además, que el jamón auténtico debe elaborarse con al menos un 55% de carne de la pierna trasera del cerdo o de los muslos del pavo.

La Profeco ha puesto a disposición del público el estudio completo en la Revista del Consumidor, tanto en formato digital como impreso. Esta información empodera al consumidor para tomar decisiones informadas y exigir productos que cumplan con las normas de calidad y veracidad. La transparencia en la información es la mejor arma contra el engaño y la mejor garantía para la salud y el bienestar de la población. La lucha contra la adulteración de alimentos es una tarea constante, y la Profeco se mantiene vigilante para proteger los derechos de los consumidores.

Fuente: El Heraldo de México