
6 de julio de 2025 a las 20:00
Tragedia Familiar: Madre e Hija Halladas sin Vida
La angustia que por meses oprimió el pecho de familiares y amigos de Yanleydis Dianora Sanzonetty Roa y su pequeña hija, Marlis Nicool Sanzonetty Reyes, se ha transformado en un desgarrador dolor. La esperanza, que se aferraba a la posibilidad de un reencuentro, se ha extinguido con el hallazgo de dos cuerpos calcinados en San Miguel de los Bancos, Pichincha. Un escalofrío recorre la comunidad, mientras la sombra de la tragedia se cierne sobre este tranquilo rincón del Ecuador.
El descubrimiento, a pocos metros de la vivienda que compartían madre e hija, ha conmocionado a la población. La imagen de los restos, envueltos en sábanas y enterrados bajo la tierra, es un crudo recordatorio de la violencia que, lamentablemente, acecha a nuestra sociedad. Las autoridades trabajan incansablemente para confirmar la identidad de las víctimas, un proceso complejo debido al estado de los cuerpos. Sin embargo, todo apunta a que se trata de Yanleydis y Marlis, desaparecidas desde aquel fatídico 17 de octubre de 2024.
La historia de estas dos venezolanas, que llegaron a Ecuador en busca de un futuro mejor, se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad de los migrantes. Dejaron atrás su tierra natal con la ilusión de construir una nueva vida, un sueño que se vio truncado por la crueldad de un destino incierto. Durante dos años, San Miguel de los Bancos fue su hogar, el lugar donde compartieron momentos de alegría y esperanza. Hoy, ese mismo lugar se ha convertido en el escenario de una tragedia que ha conmovido al país entero.
La investigación, que en un principio apuntaba a Franklin Quiñónez, pareja sentimental de Yanleydis, se ha topado con un nuevo obstáculo. El hallazgo de su cuerpo sin vida en abril de 2025, bajo circunstancias que aún no han sido esclarecidas del todo, ha añadido una capa de complejidad al caso. La hipótesis del suicidio no ha sido descartada, pero la falta de respuestas definitivas deja un vacío inquietante. ¿Fue Quiñónez el responsable de la desaparición de Yanleydis y Marlis? ¿O hay otros actores involucrados en esta dolorosa historia?
La Fiscalía, con la presión de una comunidad ansiosa por respuestas, redobla sus esfuerzos. La búsqueda de pistas, el análisis forense y la recopilación de testimonios son piezas clave en este rompecabezas macabro. Mientras tanto, la incertidumbre y el dolor se apoderan de los corazones de quienes conocieron a Yanleydis y Marlis. En redes sociales, se multiplican los mensajes de condolencia y los llamados a la justicia. La voz de Naty Chávez, amiga de las víctimas, resuena con fuerza: "que pena mis queridas amigas, les mando muchos muchos abrazos hasta el cielo, siempre las recordaré y gracias por dejarme un recuerdo".
El caso de Yanleydis y Marlis nos interpela como sociedad. Nos obliga a reflexionar sobre la violencia de género, la vulnerabilidad de los migrantes y la importancia de construir un país donde la vida y la dignidad de todas las personas sean respetadas. La búsqueda de justicia no solo es un deber de las autoridades, sino una responsabilidad compartida. Es imperativo que este caso no quede impune y que la memoria de Yanleydis y Marlis se convierta en un llamado a la acción para prevenir futuras tragedias. El silencio cómplice solo perpetúa la violencia. Es hora de alzar la voz y exigir un futuro donde la esperanza no se apague entre las sombras del miedo y la impunidad. El clamor de justicia por Yanleydis y Marlis debe resonar en cada rincón del país, hasta que la verdad ilumine el camino hacia un Ecuador más justo y seguro para todos.
Fuente: El Heraldo de México