La tranquilidad de la tarde sabatina en Apaseo el Alto se vio brutalmente interrumpida por el eco de las balas que resonaron en el Parque Ecológico. Un escenario impensable, un espacio dedicado al esparcimiento familiar, se convirtió en el lugar de un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad: el asesinato del Secretario de Ayuntamiento, Ignacio Alejandro Roaro Aguilar.

Roaro Aguilar, figura conocida en la esfera política regional, no solo ocupaba un cargo vital en el gobierno de Apaseo el Alto, sino que también había forjado su trayectoria en la administración pública como director de Fiscalización en Celaya, durante el periodo de Ismael Pérez. Su experiencia y conocimiento del sistema lo convertían en una pieza clave en el engranaje municipal, lo que hace aún más impactante este acto de violencia.

El ataque, ocurrido mientras la víctima disfrutaba de un partido de baloncesto, dejó una profunda herida en el tejido social. La imagen del Secretario de Ayuntamiento, un servidor público dedicado a la gestión de la ciudad, cayendo víctima de la violencia en un espacio público destinado a la recreación, genera una sensación de vulnerabilidad e indignación en la población.

Según testimonios preliminares, aunque aún sin confirmar oficialmente, otra persona presente en el parque resultó herida en el ataque y fue trasladada de inmediato para recibir atención médica. La incertidumbre sobre su estado de salud se suma a la tensión que se respira en el municipio.

Las autoridades, tras el reporte del ataque armado, desplegaron un operativo de búsqueda en la zona con el objetivo de dar con los responsables de este crimen. La Fiscalía del Estado ha tomado las riendas de la investigación, recabando evidencias y testimonios que permitan esclarecer los hechos y llevar a los culpables ante la justicia.

Este lamentable suceso abre un profundo interrogante sobre la seguridad en Apaseo el Alto. La violencia que arrebató la vida de Ignacio Alejandro Roaro Aguilar no solo enluta a su familia y amigos, sino que también sacude los cimientos de la comunidad, exigiendo respuestas y acciones concretas para garantizar la paz y tranquilidad de sus habitantes. La investigación en curso se convierte en un imperativo, no solo para esclarecer este crimen, sino para enviar un mensaje claro de que la impunidad no tiene cabida en Apaseo el Alto.

Mientras la comunidad espera con ansias los resultados de la investigación, el recuerdo de Ignacio Alejandro Roaro Aguilar permanece. Su trayectoria en el servicio público, su dedicación a la gestión municipal y su trágico final, se convierten en un llamado a la reflexión sobre la importancia de construir una sociedad donde la violencia no tenga lugar. La búsqueda de justicia y la construcción de un futuro más seguro son ahora la principal tarea para Apaseo el Alto.