La solidaridad carrancense se desbordó una vez más, pintando un horizonte de esperanza en medio de la devastación dejada por el huracán Erick en Oaxaca. Más de 23 toneladas de víveres, una cifra que habla por sí sola, se alzan como testimonio de la empatía y el compromiso de los vecinos, comerciantes, escuelas y funcionarios de Venustiano Carranza. No son simples números, son latidos de un corazón colectivo que se conmueve ante el dolor ajeno y extiende la mano sin dudar. Imaginen, montañas de botellas de agua, esenciales para saciar la sed en la emergencia; kilómetros de alimentos enlatados, capaces de alimentar a familias enteras durante días; pilas de artículos de higiene, para devolver un poco de dignidad a quienes lo han perdido todo. Y no solo eso, también medicamentos, tan necesarios en momentos de crisis, alimento para las mascotas, fieles compañeros que también sufren los embates de la naturaleza, y productos de limpieza, para comenzar la titánica tarea de reconstruir lo arrasado.

Este torrente de generosidad, impulsado por la Alcaldesa Evelyn Parra, demuestra que la solidaridad no es una palabra vacía en Venustiano Carranza, sino un valor arraigado, una práctica cotidiana que se fortalece en la adversidad. La Alcaldesa Parra Álvarez, conmovida por la respuesta de su comunidad, ha extendido la invitación a seguir sumándose a esta noble causa durante toda la semana. Porque cada donativo, por pequeño que parezca, se multiplica al unirse a otros, formando un océano de ayuda que llega a las costas del sufrimiento para aliviar y reconstruir.

En la explanada de la Alcaldía, el Centro de Acopio se ha convertido en el epicentro de esta ola solidaria. Ahí, decenas de manos voluntarias trabajan sin descanso, clasificando y empaquetando cada donación con el mismo cuidado que si fuera para su propia familia. Cada caja, cada bolsa, lleva consigo no solo víveres, sino también un mensaje de esperanza, un recordatorio de que no están solos.

Esta no es la primera vez que Venustiano Carranza demuestra su gran corazón. Recordemos el 2023, cuando la alcaldía, bajo el liderazgo de Parra Álvarez, reunió 20 toneladas de víveres para socorrer a las víctimas del huracán Otis en Acapulco. Y en el 2024, nuevamente extendieron su mano amiga, enviando pipas de agua e insumos a Guerrero y Oaxaca tras el paso del huracán John. Esta constante demuestra que la unión entre gobierno y ciudadanía es una fuerza imparable, capaz de construir puentes de solidaridad que trascienden fronteras y llevan alivio a quienes más lo necesitan. El llamado sigue abierto, la solidaridad no tiene fecha de caducidad. Únete a esta cadena de ayuda y sé parte de la reconstrucción de Oaxaca.