
6 de julio de 2025 a las 20:40
Descubre por qué Rubén Albarrán boicotea Spotify
La voz de Rubén Albarrán, icónico líder de Café Tacvba, ha resonado con fuerza en el ciberespacio, no con las notas de sus canciones, sino con un llamado a la rebelión digital: un boicot contra el gigante de la música en streaming, Spotify. Su acusación, lanzada como una piedra en un estanque, ha generado ondas expansivas de debate y controversia, cuestionando el papel de las plataformas digitales, la ética empresarial y el futuro de la música.
Albarrán, conocido por su activismo social y ambiental, no se limita a una simple queja. A través de un video en Instagram, expone un argumento complejo que va más allá de la remuneración justa a los artistas. Su principal preocupación radica en la supuesta inversión del CEO de Spotify en tecnología militar, una acusación grave que pinta un panorama inquietante: la música, fuente de alegría y conexión, financiando la guerra y la destrucción. El cantante dibuja una línea directa entre las regalías "miserables" que reciben los artistas y el sufrimiento de niños en zonas de conflicto como Sudán, Congo, Palestina y Ucrania.
El llamado al boicot no es una súplica pasiva, sino una invitación a la acción. Albarrán exhorta a sus colegas músicos, a las disqueras y, sobre todo, a los oyentes, a retirar su apoyo a la plataforma y buscar alternativas. "Quitémosles la fuerza a la clase empresarial", clama, presentando el boicot como un acto de resistencia, una forma de recuperar el poder que, según él, reside en las manos de los consumidores.
Pero la denuncia no se detiene ahí. Albarrán añade dos puntos cruciales a su argumento: la precariedad económica de los artistas en la era del streaming y el uso de la inteligencia artificial para crear música. Este último punto, particularmente sensible, abre un debate sobre la deshumanización del arte y las consecuencias éticas y ambientales de la tecnología. El cantante argumenta que la inteligencia artificial, además de desplazar a los músicos, consume enormes cantidades de energía, contribuyendo al deterioro del planeta.
La controversia generada por las declaraciones de Albarrán ha dividido opiniones. Mientras algunos aplauden su valentía y compromiso social, otros cuestionan la veracidad de sus afirmaciones y la viabilidad del boicot. Sin embargo, más allá de la polémica, la voz del cantante ha logrado poner sobre la mesa temas cruciales para la industria musical y la sociedad en general: ¿cuál es el precio real de la música en la era digital? ¿Quién controla el flujo del dinero y el poder? ¿Qué responsabilidad tienen las empresas tecnológicas en la construcción de un futuro justo y sostenible?
El debate está abierto, y la música, como tantas veces en la historia, se convierte en el soundtrack de una lucha por la justicia y la dignidad. La pregunta que queda resonando en el aire es: ¿escucharemos el llamado de Rubén Albarrán o seguiremos bailando al ritmo de un sistema que, según él, nos roba y nos divide?
Fuente: El Heraldo de México