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6 de julio de 2025 a las 05:25
Alerta: Joven de 22 años, futuro papá, desaparece tras aceptar empleo falso.
La angustia se ha convertido en la sombra inseparable de José Hernández Martínez. Han transcurrido 365 días desde que su hijo, Luis Fernando, un joven lleno de ilusiones a punto de convertirse en padre, se desvaneció en el aire. El 2 de julio de 2024, Luis Fernando salió de su hogar en la colonia Real del Bosque, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, con la promesa de una jornada de prueba en una empresa de alimentos para aves. Una oferta laboral que llegó a través de internet, una chispa de esperanza en tiempos difíciles, se transformó en la puerta de entrada a una pesadilla que parece no tener fin. La promesa de un futuro mejor se esfumó con la misma rapidez con la que Luis Fernando desapareció, dejando tras de sí un vacío insondable en el corazón de su familia y un mar de preguntas sin respuesta.
La incertidumbre es una losa pesada que aplasta a José y a su familia. ¿Dónde está Luis Fernando? ¿Qué ocurrió realmente aquel día? Las respuestas se esconden en un laberinto de silencios y evasivas. La Fiscalía General del Estado, bajo la administración de Rutilio Escandón Cadenas y el exfiscal Olaf Gómez, se ha convertido, según las palabras de José, en un símbolo de ineficiencia y desidia. Las promesas de una investigación exhaustiva se han diluido en el tiempo, las pistas, por más elementales que parezcan, no han sido seguidas. La supuesta búsqueda en municipios aledaños como Comitán o Villa de Las Rosas, jamás se concretó, dejando a la familia con la sensación de abandono y la amarga certeza de que la justicia, en su caso, ha quedado ciega y sorda.
Impulsados por la desesperación y la falta de apoyo institucional, José y sus familiares han tomado las riendas de la búsqueda. Han recorrido incansablemente empresas avícolas, una por una, con la esperanza de encontrar algún rastro, alguna pista que los conduzca a Luis Fernando. Pero la respuesta siempre es la misma: nadie lo conoce, nadie lo ha visto. La angustia se multiplica con cada puerta cerrada, con cada negativa. La imagen de Luis Fernando, licenciado en Comercio y Negocios Internacionales, apasionado por la música, con un canal en YouTube donde compartía su talento, se contrapone con la cruda realidad de su desaparición. Un joven con un futuro prometedor, truncado por circunstancias aún desconocidas.
La desesperación ha llevado a la familia a recorrer caminos oscuros y peligrosos. En su afán por encontrar a Luis Fernando, han caído presa de extorsionadores que se aprovechan de su dolor, individuos sin escrúpulos que, escudados en falsas promesas, les han arrebatado no solo dinero, sino también la poca esperanza que les quedaba. La herida de la ausencia se agranda con la traición y la impotencia.
A pesar de las recientes visitas de representantes de la Fiscalía, las respuestas siguen siendo vagas e insatisfactorias. La familia Hernández Martínez se aferra a la posibilidad de que la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, escuche su clamor. No buscan privilegios, solo justicia. Solo piden que se investigue a fondo, que se les ayude a encontrar a Luis Fernando. José, periodista de profesión, denuncia además que su insistencia en la búsqueda de la verdad ha puesto a su familia bajo vigilancia, una sombra ominosa que se suma a la angustia y la incertidumbre. La lucha por encontrar a Luis Fernando se ha convertido en una batalla contra la indiferencia, la corrupción y el olvido. Una batalla que, a pesar del dolor y la adversidad, están dispuestos a librar hasta el final.
Fuente: El Heraldo de México