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5 de julio de 2025 a las 09:20

Ser moreno en EEUU: ¿Un riesgo?

La sombra de la discriminación racial se cierne sobre Estados Unidos, oscureciendo el prometido sueño americano para muchos. Lo que comenzó como una política antiinmigrante impulsada por el ex-presidente Donald Trump, se ha transformado en una cacería implacable contra las personas de piel morena, sin importar su estatus migratorio. Ya no se trata solo de controlar las fronteras, sino de una persecución sistemática que se manifiesta en redadas indiscriminadas, que se asemejan más a secuestros, según testimonios de las víctimas. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) opera bajo la premisa de "arrestar ahora y preguntar después", sembrando el terror en comunidades enteras.

Un estudio del Centro de Investigación Pew, realizado hace algunos años, ya advertía sobre el impacto del colorismo en la vida de los latinos en Estados Unidos. El estudio reveló que la tonalidad de la piel influye significativamente en las oportunidades de progreso, una realidad que hoy se vive con crudeza. Para el ICE, el color de la piel se ha convertido en un factor determinante, un billete directo a la detención. La consigna parece ser cumplir con la cuota diaria de arrestos exigida por la administración Trump, sin importar la legalidad o la justicia de cada caso.

En las redes sociales circulan videos que documentan estas detenciones, revelando un patrón inquietante: la mayoría de los detenidos son personas de tez morena, el estereotipo del migrante indocumentado. Son interceptados en la calle, en sus autos, incluso en sus lugares de trabajo, sometidos a interrogatorios, a menudo con violencia y a plena luz del día. El miedo se ha convertido en un compañero constante para quienes viven bajo la amenaza de la deportación.

Supermercados, restaurantes, campos de cultivo, fábricas, obras en construcción: ningún lugar parece ser seguro. Los migrantes, que buscan ganarse la vida honradamente, se han convertido en presas fáciles de esta cacería humana. Un detalle escalofriante es que muchos agentes del ICE y la Patrulla Fronteriza se comunican en perfecto español con los detenidos, un español sin el característico acento chicano, lo que sugiere una posible infiltración en las comunidades latinas.

Esta política discriminatoria también afecta a ciudadanos estadounidenses de origen latino. Hijos de inmigrantes, nacidos en el país, sufren las consecuencias de la xenofobia desatada. El simple hecho de tener la piel morena los convierte en sospechosos, en potenciales delincuentes a los ojos de las autoridades.

Con la llegada de Trump al poder, la piel morena se convirtió en sinónimo de criminalidad, en un estigma que marca a toda una comunidad. El presupuesto destinado a las políticas migratorias aumentó, pero el costo humano de esta persecución es incalculable. El sueño americano se ha transformado en una pesadilla para miles de personas que viven con el temor constante de ser detenidos, separados de sus familias y deportados a un país que muchos ni siquiera conocen. La lucha contra la discriminación racial es una batalla que aún está lejos de ganarse, y la historia de las redadas indiscriminadas durante la era Trump sirve como un recordatorio sombrío de lo que puede suceder cuando el odio y el prejuicio se imponen a la razón y la justicia.

Fuente: El Heraldo de México