
6 de julio de 2025 a las 02:00
México en alerta: Gusano barrenador ataca
La inquietud se extiende por México. El reciente boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud, con fecha del 15 al 21 de junio de 2025, ha confirmado la presencia del temido gusano barrenador en al menos 26 personas. Desde la alerta emitida en 2024, las autoridades sanitarias han seguido de cerca la evolución de este parásito, cuya morfología, similar a un tornillo blanquecino con anillos y espinas, lo hace fácilmente identificable. Pero, ¿cómo llega este organismo a afectar al ser humano? Desentrañemos el ciclo de vida de esta amenaza silenciosa.
Todo comienza con la mosca, un vector aparentemente inofensivo que, sin embargo, porta la semilla de la infestación. Esta deposita sus huevos en heridas superficiales, incluso las más pequeñas, de cualquier mamífero, incluyendo al ser humano. En un lapso de entre 12 y 24 horas, las larvas eclosionan, iniciando un festín macabro que se alimenta del tejido vivo de su huésped. Durante 4 a 8 días, estas larvas voraces se desarrollan, creciendo en tamaño y causando un daño progresivo. Una vez alcanzada cierta madurez, se desprenden y caen al suelo, donde inician la fase de pupa. En un periodo de 7 a 10 días, completan su metamorfosis, emergiendo como nuevas moscas, listas para perpetuar el ciclo.
Ante este panorama, la prevención se convierte en nuestra mejor arma. La higiene, tanto personal como la de nuestros animales de compañía, es fundamental. Debemos estar atentos a cualquier herida, por pequeña que parezca, y tratarla de inmediato. Cubrir las heridas con apósitos estériles y limpiarlas regularmente con antisépticos son medidas cruciales para evitar la deposición de huevos.
En el caso de los animales, debemos estar vigilantes ante cualquier signo de infestación. Las heridas que no cicatrizan, la presencia de larvas o un olor fétido son señales de alarma que requieren atención veterinaria inmediata. Recordemos que los animales infestados pueden convertirse en un foco de propagación, poniendo en riesgo tanto a otros animales como a las personas que conviven con ellos.
Además de la higiene, existen otras medidas que podemos implementar para protegernos. El uso de repelentes de insectos, especialmente en zonas rurales o donde se haya detectado la presencia del gusano barrenador, puede ser una barrera eficaz. Asimismo, la ropa protectora, como camisas de manga larga y pantalones, puede limitar el acceso de las moscas a nuestra piel. En el hogar, la instalación de mosquiteros en ventanas y camas añade una capa extra de protección, especialmente durante la noche.
La miasis, nombre científico de la infestación por gusano barrenador, se manifiesta con síntomas específicos. Una herida que se agranda y profundiza rápidamente, acompañada de dolor intenso, enrojecimiento, inflamación y secreción de pus o líquido sanguinolento con mal olor, son signos inequívocos de la presencia de la larva Cochliomyia hominivorax. Si se sospecha de miasis, es crucial buscar atención médica de inmediato. La infección, si no se trata a tiempo, puede derivar en complicaciones graves, como infecciones secundarias, fiebre, escalofríos y daño tisular irreversible.
La lucha contra el gusano barrenador es una tarea que nos compete a todos. Informarnos, tomar medidas preventivas y actuar con rapidez ante la sospecha de infestación son claves para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos. No subestimemos el poder de este pequeño organismo, cuya capacidad de causar daño es considerable. La prevención, en este caso, vale más que la cura.
Fuente: El Heraldo de México