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5 de julio de 2025 a las 15:05
Masacre en funeral: 300 balas y un misterio
La tarde del 6 de julio de 2019 quedará grabada a fuego en la memoria colectiva de Ciudad Obregón. Un día que comenzó como cualquier otro, se tornó en una escena de terror y violencia que silenció para siempre las voces de Luis Carlos y Ronny Mendoza, los hermanos que conformaban el alma del grupo “Los Ronaldos”. La noticia de su asesinato resonó como un trueno, no solo en el ámbito musical, sino en toda la sociedad, conmocionada por la brutalidad del ataque.
Recordemos que apenas horas antes de la tragedia, Luis Carlos y Ronny habían asistido al funeral de un amigo, también víctima de la violencia que azotaba la región. Este hecho, inevitablemente, dibuja una sombra de sospecha sobre la posible conexión entre ambos sucesos. ¿Se trataba de una venganza? ¿Una advertencia? Las interrogantes flotan en el aire, alimentando la incertidumbre y el temor. Las autoridades, a pesar del tiempo transcurrido, mantienen un hermetismo que solo aviva las especulaciones. Si bien la coincidencia temporal entre ambos asesinatos es innegable, la falta de información oficial deja un vacío que se llena de conjeturas y rumores.
Aquel sábado, el recorrido de los hermanos Mendoza se convirtió en una trampa mortal. La sensación de ser seguidos, la tensión creciente al notar los vehículos que les pisaban los talones, culminó en una lluvia de balas en el cruce del boulevard Morelos con Coahuila. Imaginemos el pánico de los testigos, el estruendo de las armas de alto calibre rompiendo la tranquilidad de la tarde, la impotencia ante un acto de violencia tan desmesurado. Los videos que circularon en redes sociales, con la camioneta acribillada, convertida en un amasijo de metal retorcido, son un crudo testimonio de la ferocidad del ataque. Más de cien casquillos percutidos, una cifra escalofriante que habla por sí sola de la intención de eliminar a los hermanos Mendoza sin dejar lugar a dudas.
A seis años de la tragedia, el caso sigue abierto. La justicia, aparentemente, no ha alcanzado a los responsables. La impunidad se cierne como una amenaza, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida y la vulnerabilidad ante la violencia. ¿Quiénes fueron los autores intelectuales? ¿Cuáles fueron los motivos reales detrás de este doble homicidio? Las preguntas siguen sin respuesta, alimentando la indignación y la frustración de una sociedad que clama por justicia.
El legado musical de "Los Ronaldos", truncado de manera abrupta, se mezcla con la amargura de su final. Sus narcocorridos, género que en ocasiones coquetea con la polémica, se convierten en un eco de la realidad que les arrebató la vida. La historia de Luis Carlos y Ronny Mendoza es un reflejo de la violencia que azota a muchas regiones, un recordatorio de la necesidad de construir un futuro donde la música no se apague por el sonido de las balas. Su recuerdo, sin embargo, permanece vivo en la memoria de quienes disfrutaron de su música y exigen que se esclarezca la verdad y se haga justicia.
Fuente: El Heraldo de México