La tragedia ha golpeado a la comunidad rural de Loma de la Palma, en Hueyapan de Ocampo, Veracruz, dejando un vacío imposible de llenar. Una niña de tan solo tres años, Evelyn “N”, perdió la vida en un terrible accidente doméstico mientras intentaba cortar un mango. La imagen de la pequeña, llena de vida y con la inocente ilusión de disfrutar de una fruta, se contrapone con la crudeza del suceso, recordándonos la fragilidad de la existencia y la importancia de la supervisión constante, especialmente en edades tempranas.

El pasado miércoles 2 de julio, la pequeña Evelyn, en un momento de descuido y movida por el deseo de saborear un mango, tomó un cuchillo de la cocina. La falta de supervisión adulta en ese preciso instante resultó fatal. La menor, sin la destreza necesaria para manipular un objeto tan peligroso, perdió el control, provocándose una profunda herida en el cuello que desencadenó una hemorragia masiva.

La escena posterior al accidente es desgarradora. Vecinos y familiares, con la angustia propia de la situación, intentaron contener la hemorragia con remedios caseros mientras la trasladaban al Hospital Regional de Catemaco. La carrera contra el tiempo, la desesperación por salvar su vida, se palpa en cada detalle del relato.

A pesar de los esfuerzos y de llegar con signos vitales al centro médico, la gravedad de la lesión y la considerable pérdida de sangre resultaron insuperables. Horas después, Evelyn falleció, dejando un dolor profundo en su familia y consternación en la comunidad. La Fiscalía General del Estado de Veracruz ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y descartar cualquier indicio de negligencia. Agentes de la Policía Ministerial se encuentran recabando testimonios y reconstruyendo los acontecimientos que condujeron a este trágico desenlace.

Este lamentable suceso nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la prevención de accidentes domésticos, especialmente aquellos que involucran a menores de edad. Objetos cotidianos como cuchillos, tijeras, e incluso objetos punzantes aparentemente inofensivos, pueden convertirse en armas letales en manos de un niño.

La Cruz Roja, en su constante labor de prevención y concientización, insiste en la necesidad de mantener estos objetos fuera del alcance de los niños. Más allá de simplemente guardarlos, es fundamental educar a los pequeños sobre el uso responsable de estos utensilios, a través de explicaciones claras y ejemplos prácticos, adaptados a su nivel de comprensión. La educación en materia de seguridad es la mejor herramienta para prevenir tragedias como la que hoy enluta a una familia y a una comunidad entera.

Es importante también conocer las medidas básicas de primeros auxilios. Ante una herida, la Cruz Roja recomienda evitar el uso de remedios caseros, algodón, alcohol o cualquier tipo de ungüento. En caso de heridas profundas, se debe cubrir la lesión con gasas estériles, aplicando presión para detener la hemorragia. En situaciones extremas, como una amputación, se debe conservar la parte amputada en una bolsa plástica cerrada, dentro de un recipiente con hielo, para su posterior entrega al personal médico.

La muerte de Evelyn es un llamado a la responsabilidad. Un recordatorio de que la seguridad de nuestros niños no puede ser negociable. Un llamado a la prevención, a la educación y a la constante supervisión, para evitar que tragedias como esta se repitan. Que su memoria sirva para construir un entorno más seguro para nuestros hijos, donde puedan crecer y desarrollarse plenamente, libres de peligros innecesarios.