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4 de julio de 2025 a las 09:30
¿López vs. Gatell?
La pandemia de COVID-19 dejó una profunda huella en México, una huella marcada por la controversia y el dolor. Recordemos las palabras del Dr. López-Gatell, figura central en la gestión de la crisis sanitaria, quien en marzo de 2020 minimizó la gravedad de la situación, comparándola con otras epidemias anuales y negando la necesidad de medidas extraordinarias. "No hay evidencia de emergencia nacional", afirmaba, una declaración que contrasta dramáticamente con la realidad que se desarrollaría en los meses posteriores.
Su discurso, inicialmente tranquilizador, evolucionó a lo largo de la pandemia, oscilando entre la subestimación del virus –"la COVID-19 es menos peligrosa que la influenza"– y la justificación de las crecientes cifras de contagios y muertes. La "curva aplanada" que anunciaba en mayo de 2020, basada en datos cuestionados por expertos independientes, se contraponía a la creciente saturación hospitalaria y al testimonio desgarrador de familiares que perdían a sus seres queridos.
La insistencia del Dr. López-Gatell en descartar la eficacia del cubrebocas, una medida básica de prevención recomendada por organismos internacionales, generó confusión y desconfianza en la población. Su argumento de "nula utilidad" contrastaba con la evidencia científica que demostraba su efectividad para reducir la transmisión del virus.
Más allá de las declaraciones, la gestión de la pandemia estuvo marcada por la polémica. Las acusaciones de subregistro de casos, la falta de transparencia en la información y la escasez de medicamentos, en particular para niños con cáncer, alimentaron la incertidumbre y la indignación de la sociedad. La respuesta del Dr. López-Gatell ante estas críticas fue atribuirlas a "campañas golpistas" de la derecha internacional, deslegitimando las voces de preocupación y exigiendo rendición de cuentas.
El informe final de la Comisión Independiente de Investigación sobre la pandemia de COVID-19, publicado en 2024, arrojó luz sobre la magnitud de la tragedia. Las cifras de muertes en exceso, superiores a las oficiales, y la conclusión de que una parte significativa de ellas se debieron a fallas en la gestión gubernamental, confirmaron los temores de muchos. La imagen de 215 mil niños huérfanos a causa de la pandemia es un testimonio contundente del impacto devastador de la crisis.
El reconocimiento internacional de la alta mortalidad del personal sanitario mexicano, documentado por prestigiosas publicaciones como The Lancet, añade otra capa de tristeza a este panorama. La falta de protección adecuada para los profesionales de la salud en la primera línea de batalla contra el virus es una herida abierta que exige justicia y reparación.
Finalmente, el nombramiento del Dr. López-Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud en 2025 generó una ola de indignación y perplejidad. La decisión fue interpretada por muchos como una recompensa injustificada ante la grave crisis sanitaria que azotó al país. La polémica en torno a su figura y su gestión continúa abierta, un recordatorio de la importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y la memoria colectiva en tiempos de crisis.
Fuente: El Heraldo de México