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4 de julio de 2025 a las 22:05
Florinda Meza: ¿Culpable? La Chilindrina exige respuestas.
Cincuenta años han pasado y la sombra de "El Chavo del 8" sigue alargándose, tocando con su nostalgia y sus controversias a quienes formaron parte de su mágico universo. Rosita Bouchot, la entrañable Patty, ha abierto una ventana al pasado en una reveladora entrevista con "Ventaneando", donde nos comparte sus vivencias junto a Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" y la figura que, según sus palabras, marcó un antes y un después en el elenco: Florinda Meza.
Bouchot describe su ingreso al programa en 1975 como "un privilegio", un momento en que el equipo se encontraba sólido y unido. Sin embargo, la actriz deja entrever que la llegada de Florinda Meza y su creciente influencia sobre Chespirito comenzaron a generar grietas en esa unidad. No se trata de un ataque directo, sino de la descripción de un cambio de ambiente, una transformación en la dinámica del grupo que, según Bouchot, fue palpable.
Sus palabras dibujan la imagen de una Florinda Meza que, poco a poco, fue construyendo un muro alrededor de Chespirito, controlando el acceso a él, filtrando las comunicaciones. "Había compañeros que te decían ‘oye, quiero hablar con Roberto, pero no me deja Florinda’", relata Bouchot, una frase que resuena con la fuerza de un testimonio que ha permanecido guardado por décadas. No se trata de juzgar las decisiones de Chespirito, aclara la actriz, sino de constatar un hecho que, según su perspectiva, afectó las relaciones dentro del equipo.
Y es que la influencia de Florinda Meza no se limitaba al ámbito personal, sino que se extendía también al profesional, según Bouchot. La actriz recuerda cómo Meza se atribuía gran parte del éxito creativo del programa, "porque yo fui la que escribí, no porque yo fui eso", palabras que refuerzan la imagen de una figura que buscaba el reconocimiento y el control.
Ante la controversia generada por la bioserie "Chespirito: sin querer queriendo", y las críticas que ha recibido Florinda Meza, Rosita Bouchot lanza una invitación a la reflexión y a la humildad. Un llamado a reconocer los errores, a pedir disculpas, a aceptar que la historia se construye con la participación de muchos, no solo de uno. "A lo mejor Florinda ahorita podría tener un poco de acto de humildad", sugiere, dejando en el aire la posibilidad de una reconciliación, de un reconocimiento de la verdad compartida.
El testimonio de Rosita Bouchot nos invita a mirar más allá de la superficie, a comprender la complejidad de las relaciones humanas, incluso en el contexto de un programa que nos brindó tanta alegría. Es un recordatorio de que detrás de las cámaras, existen historias que merecen ser contadas, perspectivas que enriquecen nuestra comprensión del pasado y nos invitan a reflexionar sobre el presente. La historia de "El Chavo del 8" es mucho más que un programa de televisión, es un reflejo de la vida misma, con sus luces y sus sombras, sus alegrías y sus conflictos. Y el testimonio de Rosita Bouchot nos acerca un poco más a la comprensión de ese universo complejo y fascinante.
Fuente: El Heraldo de México