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4 de julio de 2025 a las 10:05

Evita el dumping: Acuerdo por el jitomate

La sombra del proteccionismo se cierne nuevamente sobre el jugoso y emblemático jitomate mexicano. Tras el anuncio del Departamento de Comercio de Estados Unidos (DOC) de imponer aranceles del 20.91% a la mayoría de los tomates importados desde México, la tensión comercial entre ambos países se ha intensificado. Este escenario, que recuerda episodios anteriores de disputas comerciales, amenaza con perturbar el flujo constante de este producto esencial en la dieta de millones de estadounidenses y afectar el sustento de miles de familias mexicanas que dependen de su cultivo.

La decisión del DOC, efectiva a partir del 14 de julio, argumenta la falta de protección a los productores estadounidenses por el actual Acuerdo de Suspensión por dumping. Sin embargo, desde México, la respuesta ha sido contundente: se rechazan las acusaciones de prácticas desleales y se insiste en la importancia de un comercio justo y equitativo. La reunión de alto nivel entre Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, con Cathy Burns, CEO de la Asociación Internacional de Productos Frescos (IFPA), y representantes del Departamento de Comercio estadounidense, subraya la urgencia y la seriedad con la que México aborda esta situación. La búsqueda de una renovación del acuerdo se presenta como el camino prioritario para evitar una escalada en las tensiones comerciales y garantizar la estabilidad del mercado.

Más allá de los tecnicismos legales y las cifras de porcentajes, la imposición de aranceles al jitomate mexicano tiene un impacto real y tangible en la vida de las personas. Para el consumidor estadounidense, significa un aumento en el precio de un producto básico en su alimentación. Imaginen las familias, desde Nueva York hasta California, viendo cómo el costo de las ensaladas, las salsas y un sinfín de platillos se incrementa debido a una medida proteccionista. Por otro lado, en México, la incertidumbre se apodera de los productores, quienes ven amenazada su principal fuente de ingresos. Comunidades enteras que dependen del cultivo del jitomate podrían verse afectadas, generando un impacto económico y social considerable.

El jitomate, símbolo de la gastronomía mexicana, se convierte en un peón en un complejo juego de intereses comerciales. La cifra es contundente: seis de cada diez jitomates que se consumen en Estados Unidos provienen de México. Esta interdependencia demuestra la importancia de una solución negociada y justa. La presión de los productores de Florida, quienes acusan a México de prácticas de dumping sin fundamento sólido, según las autoridades mexicanas, parece ser el motor detrás de esta decisión. Sin embargo, ¿es justo sacrificar el bienestar de consumidores y productores de ambos países en beneficio de un grupo específico?

La búsqueda de un nuevo acuerdo debe centrarse en la protección de los productores de ambos países, promoviendo un comercio eficiente y transparente que beneficie a todos los involucrados. El diálogo y la cooperación son las herramientas esenciales para superar este obstáculo y evitar que el jitomate, un ingrediente tan común en nuestras mesas, se convierta en el centro de una guerra comercial innecesaria. El futuro del jitomate mexicano, y de las familias que dependen de él, está en juego. La esperanza reside en la capacidad de ambos países para encontrar un punto de encuentro que garantice un comercio justo y sostenible.

Fuente: El Heraldo de México