
4 de julio de 2025 a las 09:35
El Arte en Crisis: ¿Burbuja o Futuro?
En la entrega anterior, abrimos el debate sobre el interés real en la compra de arte en nuestro país. Hoy, profundizamos en esta reflexión, desentrañando las diferencias entre meros consumidores y verdaderos compradores. Asistentes a museos, conciertos gratuitos o lectores de bibliotecas públicas son, sin duda, consumidores de cultura. Pero el comprador de arte es una figura distinta. Es quien puja en subastas, asume comisiones e impuestos, e invierte cantidades considerables en obras, ya sea en galerías o directamente con propietarios, herederos o albaceas. Un coleccionista, por otro lado, va más allá de la compra ocasional. Implica un conocimiento profundo del mercado, criterios definidos, estudio constante de artistas y movimientos, y una inversión regular y significativa. En México, este selecto grupo suele adquirir piezas en el extranjero, a menudo a precios muy competitivos, dada la compleja realidad del mercado nacional.
Carecemos de un índice preciso de ventas de arte en el mercado secundario (subastas y antigüedades), y la información sobre el mercado primario, que incluye galerías, bazares y ferias, es igualmente opaca. Eventos como Zona Maco, Arte Material, Bada o Salón Acme, parecen centrarse más en el negocio de la organización, cobrando elevadas tarifas a expositores y visitantes, que en la dinamización real del mercado del arte.
Los informes internacionales, como los de "artmarketresearch" o "artprice", apenas registran la presencia de México. El mercado global del arte alcanzó los 57,500 millones de dólares en 2024, y me atrevería a afirmar que la participación nacional no llega ni al 1%. La Cuenta Satélite de la Cultura de México (CSCM) 2023 indica una contribución del sector cultural del 2.7% del PIB, unos 820,963 millones de pesos. Sin embargo, estas cifras engloban un amplio espectro de actividades, desde la gestión pública hasta el comercio informal, dificultando la evaluación específica del mercado del arte.
¿Por qué insistir en esta pregunta inicial sobre el interés en la compra de arte? Porque un análisis profundo del mercado nos permitirá determinar si las artes visuales son un verdadero motor de desarrollo, no solo económico, sino también educativo y estético. Un sector que fomente la formación de ciudadanos reflexivos, empáticos, sensibles y críticos, tan necesarios en nuestro tiempo.
Mi experiencia, tanto familiar como profesional, me lleva a creer que el arte y la cultura son esenciales para que nuestros artistas vivan dignamente de su trabajo. Además, estos estudios podrían demostrar la falta de priorización de la cultura en las políticas públicas actuales.
¿Qué nos queda entonces? ¿Continuar con la individualidad y la falta de un proyecto común? ¿Seguir siendo una sociedad clasista, consumidora de entretenimiento fútil y enajenante? Cada uno debe encontrar sus propias respuestas.
Francisco Moreno
Fuente: El Heraldo de México