
4 de julio de 2025 a las 09:30
Domina el mercado local: vence la incertidumbre
La coyuntura global actual nos presenta un reto, sí, pero también una oportunidad invaluable para México. El panorama económico internacional, marcado por la incertidumbre y la volatilidad, nos exige repensar nuestras estrategias y fortalecer nuestra capacidad de respuesta. No podemos seguir dependiendo de factores externos que escapan a nuestro control. La reciente situación arancelaria con Estados Unidos, si bien resuelta por ahora, nos recuerda la fragilidad de una economía excesivamente dependiente de un solo socio comercial. Es un llamado de atención, una señal clara de que debemos diversificar nuestros mercados y fortalecer nuestro mercado interno.
Imaginen un México donde lo que consumimos se produce localmente, donde las pequeñas y medianas empresas (MIPyMEs) son el motor de la economía, donde la innovación y la tecnología se aplican a la producción nacional. No es una utopía, es una posibilidad real que podemos construir si apostamos por la sustitución inteligente de importaciones. Esto no significa cerrarnos al mundo, al contrario, significa abrirnos a nuevas posibilidades, a la creación de empleos dignos y bien remunerados, al desarrollo de nuevas industrias y a la consolidación de una economía sólida y resiliente.
Tomemos como ejemplo el estado de Campeche. Su riqueza natural y su potencial productivo son enormes. La industrialización de productos como la miel, los cítricos, la madera, el azúcar, el maíz y la soya, entre otros, generaría un impacto positivo no solo en la economía local, sino en todo el país. Este modelo, basado en el aprovechamiento de los recursos propios y en la generación de valor agregado, puede replicarse en todas las regiones de México, desde la fértil tierra de Baja California hasta la exuberante península de Yucatán.
La diversificación de nuestras exportaciones es otro pilar fundamental para el crecimiento económico. Debemos mirar más allá de nuestras fronteras tradicionales y explorar nuevos mercados en América Latina, el sudeste asiático, Europa del Este y África. Estas regiones ofrecen un amplio abanico de oportunidades para los productos mexicanos con valor agregado. Para lograrlo, es crucial invertir en infraestructura, facilitar el acceso al financiamiento y establecer acuerdos comerciales que beneficien a todos los involucrados.
La clave del éxito reside en la visión a largo plazo. No podemos pensar en soluciones inmediatas, sino en estrategias que nos permitan construir un futuro próspero y sostenible. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil es esencial para alcanzar este objetivo. Debemos trabajar juntos, con un mismo propósito, para fortalecer nuestra economía, generar empleos, reducir la desigualdad y consolidar un México más justo y equitativo.
Estados Unidos seguirá siendo un socio comercial importante para México. Sin embargo, una relación equilibrada y mutuamente beneficiosa requiere que fortalezcamos nuestra propia economía y exploremos nuevos horizontes. La diversificación de nuestros mercados y la apuesta por la producción nacional no solo son compatibles con nuestra relación con Estados Unidos, sino que son esenciales para construir un futuro más próspero y seguro para todos los mexicanos. El momento de actuar es ahora. El futuro de México está en nuestras manos.
Fuente: El Heraldo de México