
4 de julio de 2025 a las 08:55
Destello misterioso ilumina México: ¿Qué vieron los astronautas?
Desde la privilegiada atalaya de la Estación Espacial Internacional, la astronauta Nichole Ayers ha regalado al mundo una visión fascinante: la captura de un esquivo "sprite", un fenómeno eléctrico que danza en las alturas de nuestra atmósfera. Imaginen, por un instante, la majestuosidad de nuestro planeta visto desde el espacio, la curvatura de la Tierra dibujándose contra el negro infinito, y de pronto, una explosión de luz roja, fugaz pero intensa, brotando por encima de las nubes como un efímero saludo celestial. Este espectáculo, presenciado por Ayers en la madrugada del 3 de julio mientras sobrevolaban México y Estados Unidos, no es un truco de magia, sino un fenómeno real, aunque poco comprendido.
Los sprites, también conocidos como Eventos Transientes Luminosos (TLEs), son descargas eléctricas que se producen en la mesosfera, una región atmosférica situada a una altitud considerablemente mayor que donde se desarrollan las tormentas eléctricas convencionales. A diferencia de los rayos que zigzaguean entre las nubes y la tierra, los sprites ascienden hacia el espacio, presentando formas variadas, a veces como columnas rojizas, otras como medusas luminosas con largos tentáculos azules. Su efímera existencia, apenas fracciones de segundo, los convierte en un objetivo difícil de capturar, requiriendo de la precisión y la suerte que, en esta ocasión, acompañaron a la astronauta Ayers.
Si bien la existencia de los sprites se conoce desde hace décadas, aún permanecen envueltos en un halo de misterio. La ciencia todavía no ha desentrañado completamente los mecanismos que los originan, ni el impacto que puedan tener en la dinámica atmosférica. ¿Son simples espectadores de la furia eléctrica de las tormentas, o juegan un papel activo en el complejo equilibrio de nuestra atmósfera? Estas son algunas de las preguntas que intrigan a la comunidad científica.
Las imágenes capturadas por Ayers, por lo tanto, adquieren un valor inestimable. No solo son una muestra de la belleza efímera de estos fenómenos, sino que también aportan datos cruciales para la investigación. Cada fotografía, cada instante capturado, es una pieza más en el rompecabezas que los científicos intentan armar para comprender la naturaleza de los sprites. La perspectiva única desde la Estación Espacial Internacional permite observar estos eventos con una claridad y un detalle que serían imposibles desde la superficie terrestre, ofreciendo una ventana privilegiada a este fascinante ballet eléctrico en las alturas.
La colaboración entre la exploración espacial y la investigación científica terrestre se vuelve, una vez más, clave para desentrañar los secretos de nuestro planeta. Las imágenes de Nichole Ayers no son solo un regalo para la vista, sino una valiosa herramienta para avanzar en el conocimiento de los fenómenos atmosféricos y comprender mejor el complejo sistema que nos permite vivir en este pequeño punto azul en la inmensidad del cosmos. Quizás, en un futuro no muy lejano, gracias a la contribución de astronautas como Ayers, podamos desvelar todos los misterios que aún envuelven a los esquivos sprites.
Fuente: El Heraldo de México