
4 de julio de 2025 a las 09:35
Comercio Global: ¿Turbulencia a la Vista?
La incertidumbre se cierne sobre el comercio internacional como una densa niebla. El reciente informe de la OMC, como un faro en la tormenta, nos ilumina con datos preocupantes: el 19.4% del comercio mundial de mercancías está afectado por medidas restrictivas, un salto significativo comparado con el 12.5% de hace tan solo seis meses. Imaginen un barco cargado de mercancías, intentando navegar en un mar cada vez más turbulento, con obstáculos que surgen de la nada. Ese es el panorama actual. El proteccionismo, las tensiones geopolíticas y las políticas intervencionistas actúan como fuertes corrientes que desvían la ruta del comercio global, llevándolo hacia aguas desconocidas.
La sombra del "Día de la Liberación", proclamado por el expresidente Trump, se alarga sobre el presente, recordándonos el impacto de las decisiones unilaterales. Las nuevas medidas arancelarias, que alcanzan la asombrosa cifra de 2.73 billones de dólares, son el mayor impacto registrado desde 2009. Es como si hubiéramos retrocedido en el tiempo, desandando el camino hacia una mayor integración comercial. Mientras tanto, economías como la mexicana, profundamente imbricadas en las cadenas globales de valor, se enfrentan a un dilema crucial: cómo sortear estos nuevos escollos sin poner en peligro su desarrollo. Los costos de los insumos se elevan, la competitividad de las exportaciones se resiente, y la inversión internacional se vuelve más cautelosa, como un inversor que duda antes de apostar en un mercado volátil.
Si bien el Barómetro del Comercio de Mercancías de la OMC muestra un índice general por encima del promedio histórico, este dato debe analizarse con lupa. Las compras anticipadas, motivadas por el temor a nuevos aranceles, han generado un crecimiento artificial, una burbuja que podría estallar en cualquier momento. El indicador de nuevos pedidos de exportación, por ejemplo, ha caído, presagiando una posible desaceleración en los próximos meses. Es como si el motor del comercio global, aunque todavía en marcha, comenzara a dar señales de fatiga.
Las medidas de defensa comercial, como las investigaciones antidumping, han alcanzado su nivel más alto en una década. Son como escudos protectores que los países levantan para defender sus industrias, pero que a la vez pueden obstaculizar el libre flujo de mercancías. En contraste, las medidas de facilitación comercial, que buscan simplificar y agilizar el comercio, han disminuido. Es una paradoja: mientras se promueve la cooperación en algunos ámbitos, se levantan barreras en otros.
La naturaleza de las políticas de apoyo económico también está cambiando. Los subsidios y ayudas, que actuaron como salvavidas durante la pandemia, están siendo reemplazados por enfoques regulatorios más estructurales, enfocados en la seguridad nacional, la mitigación del cambio climático y la resiliencia de las cadenas de suministro. Es como si los gobiernos, tras la emergencia, estuvieran rediseñando el mapa económico, priorizando la estabilidad y la autosuficiencia.
¿Qué nos depara el futuro? La OMC proyecta un crecimiento del 2.7% para 2025, pero bajo la condición de que las tensiones no se intensifiquen. Si las disputas comerciales se recrudecen, el crecimiento podría convertirse en una contracción. Es como caminar por la cuerda floja: un paso en falso podría tener consecuencias desastrosas.
En este contexto incierto, México debe actuar con pragmatismo y visión estratégica. Diversificar mercados, fortalecer su infraestructura logística y participar activamente en los foros multilaterales son claves para navegar en estas aguas turbulentas. La cooperación internacional, basada en reglas claras y justas, es el mejor antídoto contra el proteccionismo y la incertidumbre. Solo así podremos asegurar un futuro próspero para el comercio global y para las economías que dependen de él.
Fuente: El Heraldo de México