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4 de julio de 2025 a las 16:40

Caen en lodo, 1 muerto

La tensión se palpa en el aire de Las Aguamitas, una comunidad pesquera que usualmente encuentra su ritmo en el vaivén de las olas, pero que este jueves se vio sacudida por el estruendo de las balas. La tranquilidad matutina se rompió abruptamente con el enfrentamiento entre civiles armados y las fuerzas del orden, un episodio de violencia que dejó una estela de interrogantes y una palpable sensación de inseguridad. El saldo, aún preliminar, habla por sí solo: un presunto agresor abatido, once detenidos –cinco de ellos con heridas de bala–, un arsenal que parece sacado de una película de guerra y vehículos abandonados a su suerte, testigos mudos de la persecución.

Las autoridades, en un despliegue coordinado que involucró a la Policía Estatal Preventiva, el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Marina, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Fiscalía General de la República y la Fiscalía estatal, lograron interceptar un convoy sospechoso. La respuesta de los civiles armados fue inmediata y contundente: abrieron fuego, desatando un intercambio de disparos que resonó en los estrechos caminos y canales de la zona.

Imaginen la escena: helicópteros artillados sobrevolando la zona, detectando movimientos furtivos entre las parcelas y los canales, mientras en tierra, las unidades tácticas se abrían paso entre caminos fangosos y estrechos, en una persecución implacable. La Nissan Frontier “PRO-4X”, emblema de poderío y aventura, terminó sumergida en un canal lodoso, con el portón trasero abierto, como un grito silencioso de desesperación. El Volkswagen Jetta, un vehículo común en las calles de cualquier ciudad, quedó atrapado en el fango, incapaz de escapar del cerco que se iba cerrando. La lujosa Audi Q5, símbolo de estatus y confort, terminó con las llantas traseras hundidas en la tierra, con marcas de golpes e impactos que narran la violencia del enfrentamiento.

La tierra removida, los casquillos dispersos y los rastros de sangre son las huellas imborrables de la batalla. El arsenal decomisado es escalofriante: una ametralladora FN Minimi, capaz de disparar ráfagas de alta velocidad; un fusil Barrett calibre .50, diseñado para penetrar blindajes; un fusil SCAR, el preferido por las fuerzas especiales por su precisión y potencia; siete AK-47, sinónimo de resistencia y fuego continuo; seis fusiles M4, dos de ellos con lanzagranadas; tres pistolas 9mm; cientos de cartuchos, decenas de cargadores, ponchallantas, chalecos tácticos y equipo de camuflaje. Un despliegue de poderío bélico que contrasta con la aparente tranquilidad de una comunidad pesquera.

Las imágenes de los detenidos son impactantes. Once hombres, cubiertos de lodo, con las manos a la espalda, algunos con heridas visibles, alineados en una explanada bajo la mirada vigilante de las autoridades. A sus pies, el armamento decomisado, como un trofeo de guerra que evidencia la magnitud del enfrentamiento.

La investigación apenas comienza. Las autoridades no descartan la vinculación de este grupo con una célula del crimen organizado que opera en la región centro de Sinaloa. La sombra del narcotráfico se extiende sobre Las Aguamitas, generando incertidumbre y temor. Se esperan más operativos en zonas aledañas como El Vergel y El Pintor. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo la violencia seguirá azotando a estas comunidades? ¿Cuándo volverá la calma a Las Aguamitas y sus alrededores? El futuro se presenta incierto, mientras la comunidad intenta recuperarse del impacto de este jueves violento.

Fuente: El Heraldo de México