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4 de julio de 2025 a las 03:25

Alerta por Canícula en Chiapas: ¿Qué dice PC?

La incertidumbre se cierne sobre Chiapas. A pesar de los susurros de algunos modelos meteorológicos que insinuaban una tregua en las precipitaciones, la esperada canícula aún no se manifiesta formalmente en el estado, según la voz experta de Beatriz Montano, meteoróloga de la Secretaría de Protección Civil. Este fenómeno, escurridizo e impredecible, no se rige por un calendario estricto, ni se define únicamente por temperaturas abrasadoras, sino por una pausa, un respiro en el ritmo incesante de las lluvias, justo en el corazón de la temporada más húmeda.

Imaginen un río caudaloso que, de pronto, reduce su torrente, sin llegar a secarse. Así es la canícula, una disminución en el flujo de las precipitaciones, no un horno implacable. Si bien las temperaturas suelen mantenerse elevadas, especialmente en regiones como el Soconusco, la costa y el norte del estado, no necesariamente se traducen en extremos infernales. Se esperan máximas entre 35 y 40 grados Celsius, lejos de los picos alcanzados a principios de año, como aquel sofocante 42 grados que abrazó a Tuxtla Gutiérrez en marzo.

La canícula, un visitante recurrente del verano, se presenta como un paréntesis seco en medio del monzón. En México, suele hacer su aparición entre julio y agosto, aunque su duración e intensidad son tan variables como los caprichos del clima. Contrario a la creencia popular, la canícula no es sinónimo de un calor extremo, sino de un periodo de sequía que puede extenderse entre 15 y 45 días, un respiro para algunos, una amenaza para otros.

Durante este interludio, el sol se aferra al cielo, y las temperaturas, aunque no necesariamente extremas, se mantienen altas, particularmente en el sur y sureste del país. Chiapas, Tabasco y la Península de Yucatán, sienten el abrazo cálido y persistente del sol, con temperaturas que oscilan entre los 35 y 40 grados Celsius. La canícula, aunque no tenga fecha fija de llegada ni de partida, deja su huella en la agricultura, la salud y el suministro de agua. Es crucial, por tanto, estar atentos a los pronósticos meteorológicos y tomar las precauciones necesarias para mitigar los efectos del calor y la sequía.

Pero más allá de la ciencia y los datos, la canícula se envuelve en un halo de mitos y realidades que a menudo se confunden en el imaginario colectivo. Desde tiempos ancestrales, se le han atribuido poderes y significados que van más allá de la meteorología. ¿Es la canícula un castigo divino? ¿Un periodo de purificación? ¿Un simple fenómeno natural? Las respuestas se pierden en la bruma del tiempo y las creencias populares. En los próximos días, desentrañaremos algunos de estos mitos y realidades, para comprender mejor a este visitante anual que, aunque silencioso y a veces imperceptible, influye en la vida de millones de personas. Manténgase atentos a nuestras próximas publicaciones para descubrir los secretos que se esconden tras la canícula.

Fuente: El Heraldo de México