
3 de julio de 2025 a las 09:36
Radios comunitarias: ¿Una nueva era?
La aprobación de la Ley en materia de Telecomunicaciones representa un paso histórico hacia la democratización del espectro radioeléctrico y la consolidación de un derecho fundamental: el acceso a la información. Contrario a las narrativas que buscan desprestigiar esta iniciativa, estamos frente a una oportunidad sin precedentes para fortalecer la pluralidad de voces y empoderar a comunidades históricamente marginadas.
Por décadas, el paisaje mediático mexicano estuvo dominado por unos cuantos actores, quienes, amparados en la omisión del Estado, ejercieron un poder desproporcionado, influyendo en la opinión pública y silenciando voces disidentes. Investigaciones periodísticas, como la publicada por The Guardian, han documentado la concentración mediática y sus implicaciones para la democracia. Ante la transformación que vive nuestro país, es comprensible que aquellos cuyos intereses económicos se ven afectados recurran a la desinformación y a la manipulación para desacreditar una reforma que busca nivelar el campo de juego.
Un ejemplo concreto del impacto positivo de esta ley es el empoderamiento de las radios comunitarias e indígenas. Por primera vez, se les otorga el derecho a la comercialización, una herramienta vital para su sostenibilidad financiera. Esta medida les permitirá dejar atrás la dependencia de donativos y autogestionar sus contenidos, fortaleciendo su autonomía y dándoles la posibilidad de reflejar las realidades de sus comunidades. Imaginemos el alcance de estas voces locales, compartiendo sus tradiciones, su cultura y sus perspectivas, enriqueciendo el mosaico cultural de México.
Además, la reserva de frecuencias en FM y AM para estas emisoras consolida su presencia en el espectro radioeléctrico y garantiza su permanencia a largo plazo. Esta protección legal evitará que radiodifusores comerciales simulen ser organizaciones sin fines de lucro para acceder a estas frecuencias, asegurando que sean las voces comunitarias las que protagonizen este espacio.
Esta reforma responde a una demanda histórica de la ciudadanía: la democratización de los medios. No se trata de censura, sino de ampliar el acceso a la información y garantizar que diversas perspectivas tengan un espacio para ser expresadas. La apertura a nuevas ideologías enriquece el debate público y fortalece la libertad de expresión, pilares fundamentales de una sociedad democrática.
Los beneficios de esta reforma se extienden también al ámbito de la televisión, las telecomunicaciones, internet y las redes sociales. Lejos de promover la censura o el espionaje, la nueva ley busca garantizar el acceso universal a internet, proteger los derechos de los usuarios en el entorno digital y promover un uso responsable de las tecnologías de la información.
En conclusión, estamos frente a una reforma transformadora que democratiza el acceso a la información y fortalece la pluralidad de voces. La llegada de nuevas narrativas, a través de las radios comunitarias y la diversificación de contenidos en los medios de comunicación, impulsará una ciudadanía más informada, crítica y participativa, contribuyendo a la construcción de un México más justo y democrático.
Fuente: El Heraldo de México