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3 de julio de 2025 a las 15:10

Presupuesto de defensa se dispara

La escalada del gasto militar global a la cifra récord de 2,718 billones de dólares en 2024, representando un 2.5% del PIB mundial, pinta un panorama preocupante. No se trata de un hecho aislado, sino de la culminación de una década de aumentos consecutivos, impulsada por la priorización de la seguridad militar por parte de los gobiernos, a menudo en detrimento de otras áreas cruciales como la salud, la educación o la infraestructura. Este incremento desproporcionado del gasto militar, que se observa en más de 100 países, podría generar profundas consecuencias económicas y sociales a largo plazo.

El epicentro de este aumento se ubica en Europa, incluyendo a Rusia, donde el gasto militar se disparó un 17%, alcanzando los 693,000 millones de dólares, superando los niveles registrados al final de la Guerra Fría. La guerra en Ucrania, entrando en su tercer año, ha actuado como catalizador de esta escalada armamentística, con todos los países europeos, excepto Malta, incrementando su inversión en defensa durante 2024.

Rusia, en particular, ha duplicado su gasto militar desde 2015, alcanzando la alarmante cifra de 149,000 millones de dólares en 2024, lo que equivale al 7.1% de su PIB y al 19% del gasto público total. Mientras tanto, Ucrania, a pesar de aumentar su gasto en defensa un 2.9% hasta los 64,700 millones de dólares, se ve obligada a destinar un asombroso 34% de su PIB a la guerra, la carga militar más alta del mundo. Esta desproporción en el gasto militar entre ambos países agrava la brecha y plantea serias dudas sobre la sostenibilidad financiera de Ucrania a largo plazo.

En Europa Central y Occidental, el incremento en el gasto militar también ha sido significativo, impulsado por nuevos compromisos de gasto y ambiciosos planes de adquisición de armamento. Alemania, por ejemplo, incrementó su gasto en defensa un 28%, alcanzando los 88,500 millones de dólares, convirtiéndose en el principal inversor militar de Europa Central y Occidental y el cuarto a nivel mundial. Polonia, por su parte, aumentó su gasto un 31%, alcanzando los 38,000 millones de dólares, equivalente al 4.2% de su PIB. Estos aumentos sin precedentes sugieren que Europa ha entrado en una nueva era de alta inversión militar, con pocas señales de desaceleración en el futuro próximo.

La OTAN, como bloque, también ha visto un aumento significativo en su gasto militar, alcanzando los 1,506 billones de dólares, lo que representa el 55% del gasto militar mundial. Un número récord de 18 miembros de la OTAN destinaron al menos el 2% de su PIB a sus fuerzas armadas, superando ampliamente la meta establecida en 2014. Estados Unidos, como principal contribuyente a la OTAN, incrementó su gasto militar un 5.7%, alcanzando los 997,000 millones de dólares, centrándose en la modernización de sus capacidades militares y su arsenal nuclear para mantener su ventaja estratégica sobre Rusia y China. Sin embargo, el aumento del gasto militar en Europa, aunque considerable, no garantiza necesariamente una mayor capacidad militar ni una mayor independencia de Estados Unidos, ya que estos objetivos requieren estrategias más complejas y a largo plazo.

En Oriente Medio, el gasto militar aumentó un 15% en 2024, alcanzando los 243,000 millones de dólares. Israel, en particular, registró un incremento sin precedentes del 65% en su gasto militar, alcanzando los 46,500 millones de dólares, impulsado por la guerra en Gaza y la escalada del conflicto con Hezbolá en el sur del Líbano. El Líbano también experimentó un aumento significativo del 58% en su gasto militar. Sin embargo, otros países de la región, a pesar de las expectativas, no registraron aumentos significativos, ya sea por la ausencia de una amenaza directa o por las limitaciones económicas que enfrentan. Irán, por ejemplo, redujo su gasto militar un 10% debido al impacto de las sanciones internacionales.

Asia y Oceanía también experimentaron aumentos significativos en el gasto militar, con China, el segundo mayor inversor militar del mundo, incrementando su gasto un 7%, alcanzando los 314,000 millones de dólares. Japón, por su parte, registró el mayor incremento anual desde 1952, con un aumento del 21% en su gasto militar. India, el quinto mayor inversor militar a nivel mundial, también incrementó su gasto. Estas crecientes inversiones militares en la región, en un contexto de tensiones geopolíticas y disputas territoriales, aumentan el riesgo de una peligrosa carrera armamentística.

En resumen, el aumento global del gasto militar en 2024 refleja una creciente priorización de la seguridad militar por parte de los gobiernos de todo el mundo. Si bien la inversión en defensa es esencial para la seguridad nacional, el desvío de recursos de áreas cruciales como la salud, la educación y el desarrollo social podría tener consecuencias devastadoras a largo plazo. La comunidad internacional debe trabajar en conjunto para promover la resolución pacífica de conflictos y la cooperación internacional, con el fin de revertir esta tendencia y construir un futuro más seguro y próspero para todos.

Fuente: El Heraldo de México