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3 de julio de 2025 a las 19:40

¿Pacta EU con el narco? Sheinbaum exige respuestas.

La noticia de la posible declaración de culpabilidad de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, ha abierto un debate complejo sobre la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha cuestionado la falta de información compartida por parte de las autoridades estadounidenses con la Fiscalía General de la República (FGR), especialmente considerando la designación del cártel de Sinaloa como organización terrorista por parte del gobierno estadounidense. Esta aparente contradicción, negociar con un miembro de una organización considerada terrorista, levanta interrogantes sobre la verdadera estrategia de Estados Unidos y su compromiso real en la erradicación del narcotráfico.

La declaración de la Presidenta Sheinbaum no se limita a una simple queja por la falta de comunicación. Apunta a una cuestión mucho más profunda: la soberanía y la autonomía de México en el manejo de sus asuntos internos, particularmente en la lucha contra el crimen organizado. Si bien la extradición de Ovidio Guzmán fue una decisión del gobierno mexicano, la posterior negociación y el posible acuerdo de culpabilidad se han desarrollado en territorio estadounidense, aparentemente sin la participación activa de las autoridades mexicanas. Esto genera incertidumbre sobre los alcances de la justicia mexicana y la capacidad del Estado para perseguir y castigar a los responsables del narcotráfico dentro de sus propias fronteras.

La situación en Sinaloa, estado natal del cártel homónimo, añade otra capa de complejidad al asunto. A pesar de la disminución generalizada de homicidios en el país, Sinaloa se mantiene como una excepción preocupante. La Presidenta Sheinbaum ha anunciado una estrategia de refuerzo de la seguridad en el estado, basada en cuatro ejes: atención a las causas, inteligencia e investigación, fortalecimiento de la Guardia Nacional y coordinación. Sin embargo, la falta de información proveniente de Estados Unidos podría dificultar la implementación efectiva de esta estrategia, limitando la capacidad de las autoridades mexicanas para desmantelar las redes del narcotráfico y reducir la violencia en la región.

Es crucial entender que la lucha contra el narcotráfico no es un problema exclusivo de México. El consumo de drogas en Estados Unidos alimenta la demanda que a su vez financia las operaciones de los cárteles mexicanos. Por lo tanto, una verdadera solución requiere de una cooperación bilateral honesta y transparente, basada en el respeto mutuo y el intercambio de información. La falta de comunicación y la aparente negociación unilateral por parte de Estados Unidos no solo socava la soberanía de México, sino que también pone en riesgo la efectividad de la lucha contra el narcotráfico en ambos países. El caso de Ovidio Guzmán se convierte así en un ejemplo paradigmático de los desafíos que enfrentan México y Estados Unidos en su compleja relación bilateral y en la necesidad de construir una estrategia conjunta y coordinada para combatir el flagelo del narcotráfico.

Además, la pregunta planteada por la Presidenta Sheinbaum abre la puerta a una reflexión más amplia sobre la política antidrogas a nivel internacional. ¿Es la designación de "organización terrorista" una herramienta efectiva para combatir el narcotráfico o simplemente una etiqueta política que justifica acciones unilaterales? ¿Qué implicaciones tiene la negociación con miembros de estas organizaciones para la justicia y la seguridad de los países involucrados? El caso de Ovidio Guzmán pone de manifiesto la necesidad de un debate serio y profundo sobre la eficacia de las estrategias actuales y la búsqueda de nuevas alternativas que permitan abordar el problema del narcotráfico desde una perspectiva integral y multilateral.

La situación actual exige una respuesta clara y contundente por parte de las autoridades estadounidenses. La transparencia y la cooperación son esenciales para construir una relación de confianza y avanzar en la lucha contra el crimen organizado. La omisión de información y la negociación unilateral no solo perjudican la relación bilateral, sino que también ponen en riesgo la seguridad de ambos países. El futuro de la cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad depende, en gran medida, de la respuesta que se dé a las preguntas planteadas por la Presidenta Sheinbaum.

Fuente: El Heraldo de México