
3 de julio de 2025 a las 17:55
Influencer arrestado en la Antártida
La audacia juvenil y la nobleza de una causa benéfica se entremezclan en una historia que ha capturado la atención internacional. Ethan Guo, un joven piloto estadounidense de tan solo 19 años, se encuentra en el centro de una controversia legal en Chile tras aterrizar sin autorización en la Antártica, en su afán por completar un ambicioso proyecto personal: convertirse en el aviador más joven en recorrer los siete continentes antes de cumplir los 20 años. Este desafío, impulsado por un profundo compromiso con la lucha contra el cáncer infantil, ha dado un giro inesperado tras la intervención de las autoridades chilenas.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) chilena detectó la desviación no autorizada del joven piloto, quien modificó su plan de vuelo original tras despegar de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile. Su aterrizaje en el aeródromo Teniente Marsh, en territorio antártico chileno, sin la debida notificación a las autoridades, activó un protocolo de emergencia que movilizó recursos aéreos estatales para localizar la aeronave. Esta acción, que generó preocupación por la seguridad operacional, derivó en una investigación formal por parte de la Fiscalía chilena, la cual impuso a Guo medidas cautelares como arraigo nacional y firma mensual.
La transgresión de Guo no se limita a las regulaciones aeronáuticas chilenas, sino que también implica una posible violación del Estatuto Antártico, un complejo tratado internacional que regula las actividades en el continente blanco. Este instrumento jurídico, suscrito por diversos países, busca preservar la Antártica como un territorio dedicado a la paz y a la investigación científica, estableciendo normas específicas para la navegación aérea y otras actividades. El caso de Guo pone de manifiesto la importancia de respetar estas normas, independientemente de las motivaciones personales que puedan subyacer a las acciones individuales.
Detrás de la aparente imprudencia del joven piloto, se esconde una historia conmovedora de compromiso y solidaridad. Guo ha compartido en sus redes sociales la motivación que lo impulsa a realizar esta hazaña aérea: recaudar un millón de dólares para la investigación del cáncer infantil. Este objetivo filantrópico nace de una experiencia personal, el diagnóstico de cáncer de un primo de su misma edad en 2021. Desde entonces, Guo ha canalizado su pasión por la aviación hacia un propósito mayor, utilizando su viaje como plataforma para visibilizar la lucha contra esta enfermedad y motivar donaciones.
El joven piloto, quien comenzó a volar a los 13 años y obtuvo su licencia de piloto privado a los 17, cuenta con una destacable trayectoria en el mundo de la aviación. Con más de 700 horas de vuelo, Guo ha recorrido los 48 estados contiguos de Estados Unidos y ha cruzado el Atlántico en tres ocasiones, demostrando una notable habilidad y experiencia a pesar de su corta edad. Su habilitación IFR, que le permite volar con instrumentos sin referencias visuales, resalta aún más su pericia como piloto.
A pesar del revés legal que enfrenta en Chile, Guo mantiene firme su objetivo y continúa compartiendo su experiencia en redes sociales, agradeciendo el apoyo recibido y reafirmando su compromiso con la causa que lo impulsa. El joven piloto confía en que podrá retomar su ruta una vez resueltos los asuntos legales, convencido de que su proyecto trasciende el ámbito personal y se convierte en un símbolo de esperanza para quienes luchan contra el cáncer infantil. La historia de Ethan Guo, más allá de la controversia, nos invita a reflexionar sobre la importancia de perseguir nuestros sueños con responsabilidad y respeto a las normas, sin perder de vista el valor de la solidaridad y el compromiso con las causas que nos inspiran.
Fuente: El Heraldo de México