
4 de julio de 2025 a las 00:10
Horror en Iztapalapa: Crimen en la Central
La madrugada se cernía pesada sobre la Central de Abastos, un hervidero de actividad incluso a esas horas intempestivas. El ir y venir de camiones, el murmullo de los comerciantes preparando sus puestos, las luces mortecinas que apenas combatían la oscuridad… todo formaba parte de la rutina habitual. Hasta que una escena rompió la monotonía, una escena que heló la sangre de los presentes. Un hombre, de 31 años, cargaba un cuerpo inerte, el cuerpo de una mujer. La imagen, captada por las cámaras de seguridad y por la mirada atónita de algunos testigos, activó todas las alarmas.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en su labor de patrullaje y vigilancia, se topó con esta dantesca estampa en el cruce del Eje 6 Sur con la calle Abarrotes y Víveres. La sospecha fue inmediata. ¿Qué hacía un hombre cargando un cuerpo aparentemente sin vida a esas horas de la madrugada? Los oficiales se acercaron, buscando respuestas, buscando entender la situación. Pero el hombre, al verse descubierto, reaccionó de la peor manera. Soltó el cuerpo de la joven sobre el asfalto, como si se tratara de un objeto desechable, y emprendió la huida.
La persecución fue breve. La policía, entrenada para este tipo de situaciones, logró alcanzarlo y detenerlo. En ese instante, la tragedia empezó a tomar forma. Paramédicos de Protección Civil acudieron al lugar, confirmando lo que ya se presagiaba: la mujer, de tan solo 28 años, estaba muerta. Su cuerpo presentaba múltiples heridas punzocortantes, marcas de una violencia brutal que conmocionó a todos los presentes.
La investigación comenzó de inmediato. Al registrar al detenido, la policía encontró un cúter manchado de sangre, una prueba contundente que lo vinculaba directamente con el crimen. Las preguntas comenzaron a surgir. ¿Quién era esta joven? ¿Cuál era la relación entre la víctima y su agresor? ¿Qué motivó este acto de barbarie en la oscuridad de la Central de Abastos?
El detenido, cuyos datos personales aún no han sido revelados, fue informado de sus derechos y puesto a disposición del Ministerio Público. Será la justicia la que determine su futuro, la que desentrañe los detalles de este terrible suceso. Mientras tanto, la comunidad se encuentra conmocionada, exigiendo justicia para la joven víctima y medidas que garanticen la seguridad de todos.
Este caso, lamentablemente, nos recuerda la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres en nuestra sociedad. La violencia de género sigue siendo una realidad lacerante que debemos combatir con firmeza. Es necesario fortalecer las redes de apoyo, promover la educación en igualdad y exigir a las autoridades que se tomen medidas contundentes para prevenir y erradicar este tipo de crímenes. La memoria de esta joven de 28 años, cuyo futuro fue truncado de manera tan violenta, debe servirnos como un llamado a la acción. No podemos permitir que la indiferencia y la impunidad se impongan. Debemos trabajar juntos para construir una sociedad más justa y segura para todas las mujeres.
Fuente: El Heraldo de México