
3 de julio de 2025 a las 11:45
El oscuro secreto de Bella
La pesadilla apenas comienza para Bella Velasco. Tras una década de convivencia con Ramiro Sus Mora, la aparente tranquilidad de su hogar se ha resquebrajado, revelando un horror inimaginable. El descubrimiento del abuso sexual a cinco menores, incluyendo a sus propias hijas, una sobrina y otras niñas, ha transformado su vida en una lucha incansable por la justicia. El audio que detonó la tragedia, donde una pequeña voz narraba con escalofriante claridad el tocamiento indebido, aún resuena en la mente de Velasco. Esa grabación fue la punta del iceberg, la primera pieza de un rompecabezas macabro que se completó con sábanas manchadas de sangre, una inquietante muñeca con cuerpo de bebé y pastillas utilizadas para dormir a las víctimas.
La confesión de Mora, aunque esquiva y sin detalles, confirmó los peores temores de Velasco. Sus palabras, "no entiendo por qué lo hice", "me siento como un demonio", lejos de generar compasión, reforzaron la necesidad de proteger a las niñas. La denuncia ante las autoridades fue el primer paso en un camino largo y tortuoso. El testimonio de Kely Flores, madre de otra de las víctimas, añadió otra capa de dolor a la historia. La angustia de su hija, manifestada en gritos, insomnio y el inquietante gesto de arrancarse el cabello, dibuja un cuadro desgarrador del impacto de estos abusos. Con cada revelación, el caso cobraba mayor magnitud, convirtiéndose en una prioridad para las autoridades de Hoschton, Georgia.
La huida de Mora a Colombia ha añadido una complejidad internacional a la investigación. La colaboración entre ambos países es crucial para dar con el paradero del fugitivo, quien ahora enfrenta órdenes de captura por abuso infantil. Mientras la búsqueda continúa, la comunidad se mantiene en vilo, siguiendo cada detalle del caso que ha conmocionado a la opinión pública, tanto local como internacional. La sombra de la impunidad se cierne sobre las cinco víctimas, cuyas edades oscilan entre un año y medio y 16 años. Niñas marcadas por una experiencia traumática que les arrebató la inocencia y cuya recuperación emocional es ahora la prioridad.
El clamor por justicia resuena con fuerza en las voces de los familiares, quienes exigen que Ramiro Sus Mora sea capturado y enfrente las consecuencias de sus actos. Mientras tanto, Bella Velasco, convertida en símbolo de coraje y lucha, se enfrenta a la ardua tarea de reconstruir su vida y la de sus hijas, en un camino marcado por el dolor, la incertidumbre y la esperanza de que la justicia prevalezca. La historia de Ramiro Sus Mora es un recordatorio de la importancia de estar alerta, de escuchar a los niños y de denunciar cualquier sospecha de abuso. Es una llamada a la acción para proteger a los más vulnerables y construir una sociedad donde estos horrores no tengan cabida. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo podrá Ramiro Sus Mora evadir la justicia? ¿Logrará la colaboración internacional dar con su paradero y poner fin a la angustia de las víctimas y sus familias? El tiempo dirá.
Fuente: El Heraldo de México