
4 de julio de 2025 a las 01:35
Domina las salas de espera con Borreguito
La historia de Borreguito no es solo la de una tienda, sino la de una visión. Teodoro Octavio Martínez, al frente de CIMA, supo identificar una carencia en los aeropuertos mexicanos: la ausencia de una experiencia de compra verdaderamente conectada con el lugar. Mientras las grandes cadenas ofrecían productos genéricos y los pequeños comercios locales no lograban consolidarse, Martínez vislumbró una oportunidad. No se trataba simplemente de vender, sino de contar una historia, de ofrecer una experiencia que resonara con el viajero, que le recordara la riqueza y la diversidad de México.
Así nació Borreguito, primero como un tímido proyecto de canastas navideñas corporativas, pero con la semilla de algo mucho mayor. Aquel ejercicio demostró el apetito por productos con alma, con una narrativa que trascendiera lo meramente transaccional. La gente buscaba algo más que un simple souvenir, buscaba una conexión emocional, una pieza que les permitiera llevarse consigo un pedazo de la cultura mexicana.
En 2013, la primera tienda Borreguito abrió sus puertas en el aeropuerto de Chihuahua, marcando un hito en la estrategia de CIMA. La apuesta era arriesgada, pero la visión era clara: ofrecer una alternativa a la homogeneización del retail aeroportuario. No se trataba de competir en precio, sino en valor, en la experiencia, en la cuidadosa selección de productos que reflejaran la identidad de cada región.
El crecimiento de Borreguito no ha sido explosivo, sino estratégico, priorizando la calidad sobre la cantidad. Cada nueva tienda, en plazas clave como San Luis Potosí y Culiacán, se ha concebido como un espacio único, con una curaduría específica que responde a los gustos y costumbres locales. Más de 1,500 productos, cuidadosamente seleccionados, conforman una oferta diversa y atractiva, que va desde artesanías hasta productos gourmet, siempre con el sello de la calidad y la autenticidad.
La clave del éxito de Borreguito radica en su modelo de negocio verticalmente integrado. Al controlar toda la cadena de suministro, desde la adquisición de los productos hasta su exhibición en las tiendas, la marca ha logrado mantener un alto nivel de calidad y una oferta consistente. Esta independencia operativa, sin recurrir a franquicias ni concesiones, le ha permitido a Borreguito consolidarse como una unidad de negocio sólida y rentable dentro del conglomerado CIMA.
Entendiendo la dinámica de los aeropuertos, espacios de alto flujo y atención volátil, Borreguito ha apostado por la eficiencia y la agilidad en el servicio. La ambientación acogedora de las tiendas, la disponibilidad constante de productos y la atención ágil al cliente contribuyen a crear una experiencia de compra placentera y memorable.
La visión de futuro de Borreguito es ambiciosa: consolidarse como el principal grupo de tiendas de aeropuertos en México para 2030. Para lograrlo, la marca ha iniciado su expansión omnicanal, llevando la experiencia Borreguito más allá de las terminales aéreas. A través de su plataforma de ecommerce y una estrategia de distribución directa, los clientes pueden ahora acceder a la cuidadosa selección de productos desde la comodidad de sus hogares.
Con la mirada puesta en el futuro, CIMA apuesta por la diversificación, con nuevos conceptos como Borreguita y BorreGO, manteniendo siempre la premisa del diseño emocional como principal diferenciador. Estos proyectos buscan ampliar el alcance de la marca, atendiendo a diferentes segmentos de mercado sin comprometer la identidad y los valores que han hecho de Borreguito un caso de éxito.
En definitiva, la historia de Borreguito es una lección de cómo la visión, la estrategia y la pasión por la cultura pueden transformar un simple punto de venta en una experiencia de marca memorable. Un ejemplo de cómo, en un mercado saturado de ofertas genéricas, la autenticidad y la conexión emocional pueden marcar la diferencia.
Fuente: El Heraldo de México