
3 de julio de 2025 a las 09:36
Bebés daneses heredan gen cancerígeno
La industria danesa de donación de esperma, un gigante global que abastece a clínicas de fertilidad en más de cien países, se encuentra en el ojo del huracán. Su éxito, construido sobre la base de una amplia oferta, procesos eficientes y perfiles detallados de donantes, se ve ahora empañado por la falta de regulación y los riesgos éticos que esto conlleva. El caso del donante anónimo portador de una mutación genética ligada al cáncer, cuyas donaciones resultaron en al menos 67 nacimientos en ocho países europeos, ha sacudido los cimientos de este sector, dejando al descubierto una preocupante realidad.
La historia de este donante, cuyas muestras fueron distribuidas por el European Sperm Bank entre 2008 y 2015, es un ejemplo trágico de las consecuencias de la falta de armonización legal en la Unión Europea. Al menos 23 niños heredaron la mutación y diez ya han desarrollado cáncer. Este hecho no solo ha generado un profundo dolor en las familias afectadas, sino que ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de establecer un marco regulatorio común que garantice la seguridad y la transparencia en la donación de esperma.
La ausencia de normas homogéneas sobre el número máximo de niños por donante y la compensación económica ha propiciado el crecimiento descontrolado de bancos privados que operan con una lógica empresarial, priorizando el beneficio económico por encima de la salud pública. Esta situación ha creado un mercado fragmentado, con escasa trazabilidad y controles insuficientes, lo que dificulta el seguimiento médico a largo plazo y deja a las familias en una situación de vulnerabilidad ante posibles problemas de salud hereditaria.
Mientras la tecnología avanza a pasos agigantados en el campo de la reproducción asistida, la legislación se queda rezagada, incapaz de dar respuesta a los desafíos éticos y sanitarios que plantea esta industria globalizada. En Dinamarca, la permisividad legal permite a los bancos de esperma publicitarse libremente, llegando incluso a captar jóvenes donantes a través de redes sociales como Instagram o YouTube. Esta práctica, si bien efectiva desde el punto de vista comercial, plantea interrogantes sobre la información y el consentimiento informado de los donantes, especialmente los más jóvenes.
La demanda de esperma danés sigue en aumento, impulsada por la eficiencia y la variedad de opciones que ofrecen los bancos. Sin embargo, el reciente escándalo obliga a una profunda reflexión sobre el modelo actual. La falta de regulación no solo pone en riesgo la salud de los niños nacidos mediante reproducción asistida, sino que también erosiona la confianza pública en un sector crucial para muchas familias. Es imperativo que las autoridades europeas actúen con celeridad para establecer un marco legal común que garantice la seguridad, la transparencia y la ética en la donación de esperma. El futuro de la reproducción asistida depende de ello. No podemos permitir que la búsqueda de la paternidad se convierta en una ruleta rusa genética.
El debate está abierto. ¿Cómo equilibrar la libertad individual con la responsabilidad colectiva en un mercado tan sensible como el de la reproducción asistida? ¿Cómo garantizar la seguridad de los futuros niños sin coartar el acceso a las técnicas de fertilidad? Estas son preguntas complejas que exigen respuestas urgentes. La industria danesa de donación de esperma, líder mundial en el sector, tiene la oportunidad –y la responsabilidad– de liderar el cambio hacia un modelo más ético y seguro. El mundo la observa.
Fuente: El Heraldo de México