Adentrarse en el cine internacional siempre es una aventura, una oportunidad de descubrir nuevas narrativas, perspectivas y talentos. Y en ocasiones, como es el caso de Darlings, nos encontramos con joyas cinematográficas que nos impactan profundamente, nos remueven por dentro y nos dejan reflexionando mucho después de haber terminado de verlas. Esta película hindú, disponible en Netflix, no es para los débiles de corazón. Nos presenta una realidad cruda y dolorosa, la de la violencia doméstica, a través de la historia de Badru y su esposo Hamza.

Desde el inicio, la película nos sumerge en una atmósfera tensa. La aparente felicidad de la pareja recién casada se desmorona rápidamente, revelando el lado oscuro de Hamza: su adicción al alcohol y su comportamiento violento. Las escenas de agresión son difíciles de presenciar, un reflejo desgarrador de la situación que viven muchas mujeres en todo el mundo. La directora Jasmeet K. Reen no escatima en realismo, mostrando la brutalidad sin filtros, pero con una sensibilidad que evita la gratuidad. Nos hace testigos del sufrimiento de Badru, de su desesperanza y de su lucha constante por mantener la ilusión de un futuro mejor.

La trama nos mantiene en vilo, con giros inesperados que nos dejan sin aliento. La denuncia, el arresto, la promesa de cambio, el embarazo… cada momento es una montaña rusa de emociones. Y cuando finalmente Badru cree haber encontrado la luz al final del túnel, la tragedia golpea con fuerza, arrebatándole su mayor anhelo. Es en ese punto de inflexión, en el abismo del dolor, donde surge la sed de venganza. Junto a su madre, Badru decide tomar las riendas de su destino y romper el círculo vicioso de violencia que ha marcado su vida.

Darlings no se limita a mostrarnos la violencia; explora las complejas raíces del problema, las consecuencias devastadoras para las víctimas y la difícil búsqueda de una salida. La historia de Badru es también la historia de muchas mujeres que han crecido en entornos abusivos y que luchan por liberarse de las cadenas del pasado. La película nos invita a reflexionar sobre la importancia de romper el silencio, de buscar ayuda y de construir un futuro basado en el respeto y la dignidad.

Más allá de la crudeza de su temática, Darlings es una obra maestra de la narrativa cinematográfica. La actuación de Alia Bhatt es simplemente excepcional, transmitiendo con una intensidad conmovedora el dolor, la frustración y la fuerza interior de Badru. La dirección de Jasmeet K. Reen es precisa y contundente, creando una atmósfera opresiva que nos atrapa desde el primer minuto. Y la fotografía, con sus contrastes y su simbolismo, contribuye a la potencia visual de la película.

El éxito de Darlings no se limita a la taquilla; la película ha recibido numerosos premios y nominaciones, un reconocimiento merecido a la calidad de su guion, su dirección y sus interpretaciones. Es una película que nos interpela, que nos conmueve y que nos deja una huella imborrable. Si buscan una experiencia cinematográfica intensa y provocadora, no duden en adentrarse en el universo de Darlings. Es una película que se queda contigo mucho después de que los créditos hayan terminado de rodar.