Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Turismo

2 de julio de 2025 a las 09:40

Turismo sostenible: ¿Amigo o enemigo?

El turismo, un sector que por décadas ha sido sinónimo de prosperidad económica y desarrollo local, se encuentra hoy en el ojo del huracán. Ciudades emblemáticas, otrora orgullosas de su atractivo internacional, ahora lidian con las consecuencias de un crecimiento descontrolado, un fenómeno que ha dado pie a términos como "overtourism" y "turismofobia". Sin embargo, ¿es realmente el turismo el villano de esta historia? O más bien, ¿estamos confundiendo un crecimiento exponencial con una falta de planificación estratégica?

La respuesta, como suele suceder, es compleja y requiere un análisis profundo. No podemos negar que la masificación del turismo, especialmente en destinos urbanos, ha generado tensiones. La saturación de espacios públicos, el incremento en los precios de la vivienda, la presión sobre los servicios básicos y, en algunos casos, la alteración del tejido social, son realidades que no podemos ignorar. Sin embargo, atribuir estos problemas al turismo en sí mismo es una simplificación peligrosa. El verdadero problema reside en la gestión, o mejor dicho, en la falta de ella.

Como bien lo señaló Taleb Rifai, ex Secretario General de la OMT, "el crecimiento no es el enemigo". La clave está en planificar, regular y, sobre todo, dialogar. Es necesario un enfoque integral que involucre a todos los actores: autoridades locales, sector privado, residentes y, por supuesto, los propios turistas. La sostenibilidad no es un lujo, sino una necesidad imperante. No se trata de limitar el turismo, sino de gestionarlo de manera inteligente, responsable y con visión de futuro.

El informe "Overtourism? Understanding and Managing Urban Tourism Growth beyond Perceptions", elaborado por la OMT, ofrece un conjunto de estrategias y medidas concretas para abordar este desafío. Diversificar la oferta turística, desconcentrar la actividad, reducir la estacionalidad, fomentar la inversión en zonas menos saturadas y fortalecer la gobernanza local son algunas de las propuestas. La idea es distribuir los beneficios del turismo de manera más equitativa, minimizando al mismo tiempo su impacto negativo.

En este contexto, las 5D (desestacionalización, descongestión, descentralización, diversificación y turismo de lujo) se presentan como un marco de acción prometedor. No se trata de fórmulas mágicas, sino de un conjunto de principios que, adaptados a la realidad de cada ciudad, pueden contribuir a un desarrollo turístico más sostenible y equilibrado.

Es fundamental entender que no existe una solución única para todos. Cada ciudad debe construir su propio modelo, basado en datos, análisis técnico y, sobre todo, en un diálogo abierto y participativo. La prohibición no es el camino. La experiencia demuestra que las políticas restrictivas, además de ser ineficaces a largo plazo, suelen generar efectos colaterales negativos.

El caso de las viviendas turísticas es un ejemplo paradigmático. A menudo demonizadas como las causantes de la gentrificación y la especulación inmobiliaria, las viviendas turísticas, cuando están bien reguladas, pueden contribuir a la descentralización del turismo, generando ingresos para las familias y dinamizando las economías locales. En ciudades como la Ciudad de México, donde representan un porcentaje mínimo del parque habitacional, su impacto en la saturación urbana es marginal.

El reto no es elegir entre turismo o ciudad, sino construir una ciudad donde el turismo conviva armónicamente con los derechos de sus habitantes. Un turismo que, en lugar de ser una fuente de conflicto, se convierta en un motor de desarrollo sostenible, inclusivo y equitativo. La escucha activa, la colaboración y la búsqueda de soluciones conjuntas son las claves para construir un futuro donde el turismo sea sinónimo de prosperidad para todos.

Fuente: El Heraldo de México