
2 de julio de 2025 a las 19:00
Sheinbaum no intervendrá en caso Guanajuato
La sombra de la sospecha se cierne sobre el exgobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, y su residencia en Texas. Una madeja de interrogantes se teje alrededor de la propiedad que habita, presuntamente perteneciente a un ex contratista de su gobierno. Mientras la polémica crece, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se mantiene al margen, descartando una intervención directa de su administración.
La mandataria capitalina ha sido clara: la responsabilidad de investigar y, en su caso, denunciar, recae en las instituciones correspondientes. "No nos corresponde a nosotros iniciar una denuncia", afirmó Sheinbaum Pardo en conferencia de prensa, subrayando que existen los canales adecuados para que se esclarezca la situación. La Fiscalía estatal de Guanajuato, la Fiscalía General de la República (FGR) y la propia Auditoría Superior de la Federación (ASF) son los entes encargados de desentrañar este complejo escenario.
El caso pone de manifiesto, una vez más, la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la vida pública. La ciudadanía exige claridad, y Sheinbaum Pardo, fiel a su discurso, apunta a las instituciones como garantes de la justicia y la legalidad. No se trata, según sus palabras, de una cuestión política, sino de un procedimiento que debe seguirse conforme a derecho.
Sin embargo, la pasividad aparente del gobierno federal no implica una falta de interés. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), organismo dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se mantiene vigilante. Su función, crucial en la lucha contra la corrupción y el lavado de dinero, podría ser determinante en el curso de la investigación. Si la UIF detecta indicios de irregularidades financieras, tiene la facultad de intervenir, congelando cuentas e incluso presentando denuncias ante la FGR.
La pelota está, pues, en el tejado de las fiscalías y la ASF. De ellas depende que se arroje luz sobre este asunto y se determine si existe o no responsabilidad por parte del exgobernador Rodríguez Vallejo. Mientras tanto, la opinión pública sigue atenta, expectante ante los posibles desarrollos de un caso que pone en tela de juicio la ética y la transparencia en el ejercicio del poder. La ciudadanía espera respuestas, y la justicia, a través de sus instituciones, tiene la obligación de proporcionarlas. La presunción de inocencia debe prevalecer, pero también la exhaustividad en la investigación para garantizar que la verdad, cualquiera que sea, salga a la luz.
La complejidad del caso radica en la jurisdicción, ya que la propiedad en cuestión se encuentra en Texas, Estados Unidos. Esto implica la posible necesidad de colaboración internacional, un factor que podría añadir dificultad y tiempo al proceso. La cooperación entre las autoridades mexicanas y estadounidenses será clave para obtener la información necesaria y, en su caso, proceder conforme a la ley.
El silencio del exgobernador Rodríguez Vallejo alimenta las especulaciones. Una declaración pública, clara y contundente, ayudaría a disipar las dudas y a contribuir a la transparencia del proceso. La sociedad demanda explicaciones y el exmandatario tiene la oportunidad de ofrecerlas. La justicia, como un delicado mecanismo de relojería, sigue su curso, y la verdad, como el aceite, siempre termina por salir a flote.
Fuente: El Heraldo de México