
2 de julio de 2025 a las 04:00
México: ¿Auge o crisis turística?
La industria turística mexicana se encuentra en una encrucijada. Si bien las cifras de visitantes internacionales pintan un panorama optimista, con México consolidándose como un imán para viajeros de todo el mundo y alcanzando el sexto puesto a nivel global en 2024, la realidad económica detrás de estos números revela una problemática latente. El incremento del 7.4% anual, que se traduce en la impresionante cifra de 45 millones de turistas, no se ve reflejado en la derrama económica esperada. De hecho, México desaparece del top 10 en cuanto a ingresos generados por turismo internacional, cayendo hasta el puesto número 19, una situación que contrasta fuertemente con el resto de los países que lideran el ranking de llegadas.
Este fenómeno, donde la cantidad no se traduce en calidad económica, plantea interrogantes cruciales para el sector. ¿Por qué, a pesar del atractivo innegable de México, con sus playas paradisíacas y su riqueza cultural e histórica, el gasto promedio de un turista se sitúa en tan solo 730 dólares? Este monto, comparado con el desembolso que realizan los visitantes en países como Canadá, Australia, Emiratos Árabes Unidos o Japón, nos obliga a analizar las causas subyacentes y a buscar soluciones estratégicas para revertir esta tendencia.
Expertos en la materia, como Ramón Martínez, investigador y docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), apuntan a diversos factores que explican esta paradoja. El modelo "all inclusive", tan popular en los destinos turísticos mexicanos, se presenta como una de las principales causas. Si bien este sistema atrae a un gran número de visitantes con la promesa de una experiencia vacacional completa y sin preocupaciones, limita el gasto fuera de los resorts, impactando directamente en la economía local. Los turistas, al tener cubiertas sus necesidades básicas dentro del complejo hotelero, reducen sus salidas y, por ende, su consumo en restaurantes, comercios y actividades turísticas externas.
Otro factor determinante, y lamentablemente persistente, es la percepción de inseguridad. El temor a ser víctima de algún delito disuade a muchos turistas de aventurarse más allá de los confines de sus hoteles, limitando aún más su interacción con la auténtica vida mexicana y su contribución a la economía local. Esta situación, sin duda, representa un desafío para las autoridades, quienes deben redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de los visitantes y fomentar la confianza en los destinos turísticos.
Ante este panorama, la pregunta crucial es: ¿qué camino debe seguir México para maximizar el beneficio económico del turismo? Francisco Madrid, ex subsecretario de Turismo federal e investigador de STARC Anáhuac Cancún, propone un cambio de enfoque. En lugar de priorizar el crecimiento en el número de visitantes, sugiere concentrar los esfuerzos en escalar posiciones en el ranking de derrama económica. Esto implica repensar las estrategias de promoción turística, diversificar la oferta más allá del "all inclusive" y, sobre todo, trabajar en la creación de experiencias auténticas y seguras que inviten a los turistas a explorar el país, a consumir productos y servicios locales y a contribuir de manera significativa al desarrollo económico de las comunidades receptoras. El reto está planteado: transformar la cantidad en calidad, convirtiendo a México no solo en un destino popular, sino también en un motor de crecimiento económico sostenible.
Fuente: El Heraldo de México