La repentina viralización del video de Valeria Márquez ha reavivado el interés y la especulación en torno a su trágico asesinato. El fragmento, extraído de uno de sus habituales directos en TikTok, muestra a una Valeria inquieta, intentando encender una veladora a la Santa Muerte. La imposibilidad de hacerlo, unida a sus palabras –“¿Quiubo, pues, cabrona, ya me vas a prender la veladora o todavía no?”–, ha generado escalofríos entre sus seguidores y ha alimentado teorías que rozan lo sobrenatural. ¿Fue una premonición? ¿Una advertencia? ¿Simplemente una coincidencia macabra?

Las redes sociales se han convertido en un hervidero de comentarios. Algunos interpretan el incidente como una señal inequívoca de que algo malo iba a suceder. Otros, más escépticos, lo atribuyen a la sugestión y al estado de ánimo de la influencer. Sea como fuere, el video añade una capa más de misterio a un caso que ya de por sí estaba envuelto en sombras.

Recordemos que Valeria Márquez, una figura influyente en el mundo digital, era conocida por su devoción a la Santa Muerte. En sus transmisiones, solía pedirle protección y salud, mostrando abiertamente su fe. Este nuevo elemento, el de la veladora que no enciende, abre un abanico de interrogantes sobre la relación entre la influencer y la figura a la que veneraba. ¿Existía algún tipo de conflicto espiritual? ¿Había incurrido en alguna falta que provocara la supuesta ira de la Santa Muerte?

La fecha del video, el 2 de mayo de 2025, tan solo once días antes del fatal desenlace, añade dramatismo a la historia. La cercanía temporal entre ambos eventos alimenta la idea de una conexión, de un presagio que Valeria, quizá inconscientemente, percibió.

Mientras las autoridades continúan investigando el asesinato sin resultados concluyentes, la difusión de este video no hace más que aumentar la incertidumbre. La falta de detenidos, la ausencia de un móvil claro, y ahora, esta perturbadora grabación, contribuyen a crear una atmósfera de intriga y consternación. El caso de Valeria Márquez se ha convertido en un rompecabezas cuyas piezas parecen no encajar, dejando a la comunidad digital con más preguntas que respuestas. ¿Se resolverá algún día el misterio? ¿Se hará justicia? El tiempo, y quizá las futuras investigaciones, tendrán la última palabra. Mientras tanto, el video de la veladora seguirá circulando, alimentando las especulaciones y recordándonos la fragilidad de la vida.

Más allá de la especulación, es importante recordar a Valeria Márquez como la joven vibrante y emprendedora que era. Dueña de un salón de belleza, se había labrado un camino en el competitivo mundo empresarial, demostrando su talento y dedicación. Su trágica muerte representa una pérdida irreparable para su familia, amigos y seguidores. Esperemos que la justicia prevalezca y que se esclarezcan las circunstancias que rodearon su fallecimiento, brindando así un poco de paz a quienes la conocieron y admiraban.

Este caso nos recuerda también la importancia de la seguridad, tanto física como digital. En un mundo cada vez más conectado, es fundamental tomar precauciones y estar alerta ante cualquier señal de peligro. La historia de Valeria Márquez debe servir como una llamada de atención para que todos reflexionemos sobre nuestra propia vulnerabilidad y tomemos las medidas necesarias para protegernos.