A sus 61 años, Brad Pitt se reinventa. No se trata de un nuevo personaje en la gran pantalla, sino de una transformación vital, una honesta reconstrucción personal que va mucho más allá de la imagen. El actor, que cautivó al mundo con su desenfadada belleza en los 90, nos revela ahora una faceta más profunda, marcada por la autoconciencia y la búsqueda del bienestar integral. En una reveladora entrevista en el pódcast Armchair Expert, Pitt descorre el velo de su pasado, mostrando la cara menos glamorosa de la fama. Describe una rutina de los 90, previa a su icónico papel en Se7en, que hoy reconoce como autodestructiva: despertares acompañados de tabaco, Coca-Cola en abundancia y la ausencia total de alimento. Una imagen que contrasta radicalmente con la figura equilibrada que proyecta hoy.

Este desequilibrio no se limitaba a lo alimenticio. Pitt confiesa haber vivido una época de excesos y desorden, una etapa oscura donde la relación consigo mismo era, en sus propias palabras, tóxica. Fue la inmersión en el universo sombrío de Se7en, bajo la dirección del meticuloso David Fincher, lo que le sirvió de catalizador. El rodaje se convirtió en un punto de inflexión, un despertar que le impulsó a romper con el ciclo destructivo y a tomar las riendas de su vida.

Hoy, la prioridad de Brad Pitt no es la eterna juventud, sino la plenitud. A sus 61 años, su enfoque se centra en el bienestar holístico, en la armonía entre cuerpo y mente. Su rutina diaria se basa en tres pilares fundamentales: mantenerse activo, nutrirse adecuadamente y cultivar su creatividad. Olvídense de dietas extremas o entrenamientos agotadores, Pitt aboga por la simplicidad y el equilibrio. Proteínas magras, verduras, carbohidratos complejos y grasas saludables son la base de su alimentación. El ejercicio es una constante, pero adaptado a sus necesidades, con rutinas personalizadas que combinan trabajo muscular y cardio moderado.

Sin embargo, la transformación más profunda no se encuentra en el gimnasio, sino en el taller de escultura. Tras su divorcio de Angelina Jolie en 2016, y su posterior paso por Alcohólicos Anónimos, el arte se convirtió en un refugio, una forma de meditación activa que le permitió explorar sus emociones y sanar las heridas del pasado. Un periodo que describe como estar "literalmente de rodillas", necesitando un "reinicio" vital.

La experiencia en Alcohólicos Anónimos, lejos de ser un estigma, es para Pitt un testimonio de valentía y humildad. Compartir sus vulnerabilidades con otros hombres, escuchar sus historias y reconocerse en ellas, fue una experiencia transformadora. El actor destaca el valor terapéutico del humor y la camaradería en el proceso de recuperación, una experiencia que describe como algo que "empezaba a esperar con ganas".

Para Brad Pitt, la clave reside en la autoconciencia y la responsabilidad. Reconocer sus errores, asumir las consecuencias y comprometerse con el cambio han sido fundamentales en su proceso de reconstrucción. Actualmente, se encuentra en un periodo de “descanso autoinducido” tras el estreno de F1, un tiempo que considera esencial para reconectar consigo mismo y continuar su viaje de crecimiento personal. Un ejemplo inspirador de que nunca es tarde para reescribir la propia historia, demostrando que la verdadera belleza reside en la autenticidad y la constante evolución.