
2 de julio de 2025 a las 16:00
Gasolinazo: ¿Duele el nuevo precio?
El fantasma del IEPS sigue rondando las gasolineras del país. Doce semanas, doce largas semanas sin el respiro del estímulo fiscal. Imaginen, doce domingos sin ese pequeño alivio al bolsillo al llenar el tanque. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a través del Diario Oficial de la Federación (DOF), ha confirmado lo que ya presentíamos: el 100% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sigue recayendo sobre los hombros de los automovilistas. Una carga que, sin duda, se siente en cada kilómetro recorrido.
Y mientras el peso del IEPS se mantiene, los precios de los combustibles parecen bailar una danza lenta e incierta. El diésel, tras un respiro de apenas un centavo, se mantiene prácticamente inmóvil, como un gigante dormido esperando su momento. Magna y Premium, imperturbables, se aferran a sus posiciones, dejando a los conductores con la sensación de estar navegando en un mar de incertidumbre. El gas natural vehicular, fiel a su costumbre, se suma a la quietud, observando impasible el ir y venir del mercado. Según PETROIntelligence, este escenario de estabilidad, o más bien de estancamiento, se replica a nivel nacional.
Pero no nos engañemos, la aparente calma a nivel nacional esconde una realidad mucho más compleja. El precio de la gasolina, como un camaleón, se adapta a su entorno. Cruzar la frontera de un estado a otro puede significar una diferencia notable al momento de pagar. ¿Cuánto cuesta llenar el tanque en la bulliciosa Ciudad de México? ¿Y en la tierra del tequila, Jalisco? ¿Qué hay de la pujante Nuevo León? Las variaciones, aunque sutiles a veces, nos recuerdan que el precio en la bomba es un reflejo de las dinámicas locales, un microcosmos económico que se mueve al ritmo de la oferta y la demanda.
Y en medio de este panorama, la Subprocuraduría de Verificación de Profeco, como un vigilante incansable, recorre el país, inspeccionando gasolineras de norte a sur, de este a oeste. Su misión: garantizar que se cumpla la ley, que el litro sea un litro, y que el precio que pagamos sea justo. Un trabajo silencioso, pero fundamental, para proteger a los consumidores y asegurar la transparencia en el mercado de los combustibles.
¿Qué nos depara el futuro? ¿Seguirá el IEPS acechando nuestros bolsillos? ¿Veremos finalmente un descenso significativo en los precios? Las respuestas, como siempre, se esconden en los complejos engranajes de la economía. Mientras tanto, nos queda estar atentos, informarnos y, sobre todo, buscar las mejores opciones para optimizar nuestro gasto en combustible. Cada centavo cuenta, y en tiempos de incertidumbre, la información es nuestra mejor aliada.
Fuente: El Heraldo de México