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2 de julio de 2025 a las 11:15

Futbolista atropella a su novia tras fiesta y alcohol

La brutalidad del acto ha dejado a la comunidad en estado de shock. Una joven de 17 años, madre de un bebé de poco más de un año, lucha por su vida tras ser atropellada presuntamente por su pareja, el futbolista Anderson Valdivia, de 19 años. El escalofriante suceso, ocurrido la noche del 27 de junio en la intersección de la calle Toledo y el pasaje San Pablo, quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona, convirtiéndose en una prueba irrefutable de la violencia desatada. Las imágenes muestran la frialdad del ataque, un acto que ha conmocionado a vecinos y familiares, quienes claman justicia por la joven.

Los gritos desesperados de la mujer que acompañaba a la víctima alertaron a los vecinos, quienes valientemente intervinieron y lograron detener al agresor hasta la llegada de las autoridades. Este acto de solidaridad ciudadana fue crucial para que el presunto culpable no escapara de la justicia. Ahora, la comunidad se une en apoyo a la joven madre y su bebé, exigiendo que se aplique todo el peso de la ley.

La madre de la víctima, con el corazón destrozado, relató al medio peruano ATV el calvario que su hija ha vivido desde el inicio de su relación con Valdivia. No se trata de un hecho aislado, sino de un patrón de violencia sistemática que se ha extendido incluso durante el embarazo de la joven. "Todo su cuerpo de la cintura para abajo tiene golpes, moretones", declaró la madre, con la voz quebrada por el dolor y la impotencia. Estas palabras pintan un cuadro desgarrador de la situación de vulnerabilidad a la que estaba sometida la adolescente.

Según el testimonio de la propia víctima, Nicole, el altercado que desencadenó la tragedia comenzó con una discusión sobre si debían quedarse o no en una fiesta. La situación se agravó debido al estado de ebriedad del agresor, quien en un arranque de ira decidió utilizar su vehículo como arma. “Después de pisarme y todo el chico se fue escapándose, los vecinos abajo lo atraparon y lo trajeron hacia donde nosotras estábamos”, relató Nicole, aún conmocionada por lo sucedido. Sus palabras revelan no solo la violencia física, sino también la cobardía del agresor al intentar huir de la escena del crimen.

La gravedad de las lesiones sufridas por la joven es alarmante. Un traumatismo múltiple le causó la fractura del hueso ilíaco y del pubis, impidiéndole acceder a la atención médica que requiere en una clínica privada. Se encuentra recuperándose en casa, rodeada del apoyo de su familia, quienes se enfrentan a la angustia de la incertidumbre sobre su futuro.

Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer las medidas de protección para las víctimas de violencia de género. Si bien la joven contaba con medidas de protección, estas no fueron suficientes para evitar la agresión. Es fundamental revisar y reforzar los mecanismos existentes, así como garantizar su cumplimiento efectivo, para evitar que tragedias como esta se repitan. La justicia debe actuar con celeridad y contundencia, enviando un mensaje claro de que la violencia contra las mujeres no será tolerada.

Además, el testimonio de Nicole revela un detalle aún más perturbador: el agresor no solo la atacó a ella, sino que también tenía la intención de arremeter contra su bebé de poco más de un año. Este hecho añade una capa de horror a la situación y subraya la peligrosidad del agresor.

La sociedad peruana debe unirse para condenar enérgicamente este acto de violencia y exigir justicia para Nicole. Su caso no puede quedar impune. Es necesario visibilizar la problemática de la violencia de género y promover una cultura de respeto e igualdad, donde las mujeres puedan vivir libres de miedo y violencia. La vida de Nicole y la de su bebé dependen de ello.

Fuente: El Heraldo de México