La oscuridad se cernía sobre las calles de la colonia Guerrero, un escenario habitual para los incansables esfuerzos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) por combatir la delincuencia que, como una sombra, acecha a los ciudadanos. En esta ocasión, la labor de vigilancia rindió frutos. La precisión de las vigilancias fijas y móviles, como un ojo que todo lo ve, permitió a los agentes detectar un intercambio sospechoso en el cruce de la calle Lerdo y la avenida Ricardo Flores Magón. Dos hombres, en la penumbra de la noche, se convertían en el centro de atención al intercambiar pequeñas bolsas por dinero en efectivo, un acto que despertó las alarmas de los oficiales.

La experiencia de los policías les dictó el siguiente paso: acercarse con cautela y, siguiendo los protocolos de actuación policial, solicitar una revisión preventiva. El resultado confirmó las sospechas. En una mochila naranja con negro y una cangurera negra, se ocultaba un arsenal de sustancias ilícitas: marihuana, distribuida en siete bolsas de plástico, y cocaína, meticulosamente empaquetada en 97 bolsitas amarillas traslúcidas. La escena se completaba con una bolsa de lo que parecía ser crystal, un teléfono celular y una cantidad de dinero en efectivo que evidenciaba la actividad ilícita.

Los detenidos, de 41 y 29 años, fueron informados de sus derechos y puestos a disposición del Ministerio Público. Ahora, la justicia tomará su curso y determinará su situación jurídica, abriendo una nueva carpeta de investigación en este caso. Pero la historia no termina ahí.

Las investigaciones posteriores revelaron un dato aún más inquietante: el detenido de 41 años, aparentemente, forma parte de un grupo delictivo que opera en la alcaldía Cuauhtémoc, sembrando el terror a través del narcomenudeo, la extorsión y el cobro de piso a comerciantes de un tianguis y sus alrededores. Su historial delictivo es extenso y preocupante: cuatro ingresos al Sistema Penitenciario de la Ciudad de México por Delitos Contra la Salud y Robo Agravado en los años 2005, 2007, 2021 y 2024. A esto se suma una carpeta de investigación por Delitos Contra la Salud en el mismo año 2024, un indicio de la reincidencia en sus actividades ilícitas.

Su cómplice, de 29 años, tampoco es ajeno al sistema penitenciario. Seis veces ha cruzado las puertas de la cárcel por Robo Agravado y en Pandilla en los años 2014, 2015, 2016, 2018, 2022 y 2024. Al igual que su compañero, también cuenta con una carpeta de investigación por Delitos Contra la Salud en 2024.

Este caso revela la compleja red de delincuencia que opera en la ciudad y la persistencia de las autoridades por desmantelarla. La detención de estos dos individuos representa un paso importante en la lucha contra el crimen organizado, pero también es un recordatorio de la necesidad de continuar trabajando en estrategias de prevención y seguridad para proteger a la ciudadanía y construir una sociedad más segura. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuántos más como ellos continúan operando en las sombras? La respuesta la tienen las autoridades y su compromiso con la justicia.