
2 de julio de 2025 a las 03:50
Asesinato cerca del Hospital La Raza
El estruendo de las detonaciones rompió la tarde rutinaria en la concurrida Calzada Vallejo. La cotidianidad de quienes esperaban el autobús, de los comerciantes ambulantes y de los transeúntes que se dirigían al Hospital de la Raza o a Plaza Alco La Raza, se vio súbitamente interrumpida por la violencia. Un hombre, cuya identidad aún permanece en las sombras, se convirtió en la víctima de un ataque a balazos que ha conmocionado a la comunidad. Alrededor de las 45 años, su vida fue segada en cuestión de segundos, dejando una estela de preguntas sin respuesta y un profundo sentimiento de inseguridad en la zona limítrofe entre Azcapotzalco y Gustavo A. Madero.
Testigos presenciales narran la escena con horror e incredulidad. Un individuo se aproximó a la víctima y, sin mediar palabra, sin un atisbo de discusión o forcejeo previo, desenfundó un arma de fuego y disparó en repetidas ocasiones. La frialdad del acto, la brutalidad de la ejecución a plena luz del día y en un lugar tan transitado, ha generado una ola de indignación entre los vecinos.
La imagen del cuerpo tendido sobre el asfalto, a escasos metros de la entrada de la plaza comercial, es un crudo recordatorio de la violencia que azota a la ciudad. Los paramédicos, a pesar de su rápida respuesta, solo pudieron confirmar lo inevitable: el hombre ya no presentaba signos vitales. La muerte se había apoderado de la escena, tiñendo de rojo el gris del pavimento.
Mientras las autoridades acordonaban la zona, un equipo de peritos trabajaba minuciosamente en la recolección de indicios. Casquillos, testimonios, grabaciones de cámaras de seguridad cercanas, cualquier detalle, por mínimo que parezca, podría ser la clave para esclarecer este crimen y llevar a los responsables ante la justicia.
La incertidumbre se cierne sobre la identidad del fallecido. ¿Quién era este hombre? ¿A qué se dedicaba? ¿Cuál fue el móvil del ataque? Estas son las preguntas que resuenan en la mente de los investigadores y de la comunidad, mientras esperan con ansias las respuestas que puedan arrojar las investigaciones.
Este trágico suceso pone de manifiesto, una vez más, la urgente necesidad de reforzar la seguridad en la ciudad. La violencia no puede seguir arrebatando vidas en las calles, sembrando el miedo y la incertidumbre. Es imperativo que las autoridades implementen medidas efectivas para prevenir estos actos y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. La vida en la ciudad no puede ser un juego de azar, donde la violencia se convierte en una constante amenaza.
La investigación continúa su curso. La esperanza es que se haga justicia y que este crimen, como tantos otros, no quede impune. La sociedad exige respuestas y seguridad, un derecho fundamental que no puede ser vulnerado por la violencia y la impunidad.
Fuente: El Heraldo de México