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1 de julio de 2025 a las 06:20
Zonas de inundación en CDMX: Mapa espacial de la UNAM revela las más vulnerables
La Ciudad de México, una vez más, se vio sumergida bajo el agua. Las intensas lluvias del 29 de junio, sumadas a las precipitaciones de semanas previas, han vuelto a evidenciar la fragilidad de la capital ante los embates de la naturaleza. Miles de capitalinos sufrieron las consecuencias, con calles convertidas en ríos, transporte público interrumpido y la cotidianidad alterada por los encharcamientos e inundaciones. Este escenario, lamentablemente familiar tras las lluvias del 2 de junio, que dejaron entre 50 y 70 milímetros de agua en tan solo 24 horas, nos obliga a reflexionar sobre la urgente necesidad de abordar un problema complejo, con raíces históricas, urbanísticas y ambientales.
En este contexto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presenta una luz de esperanza: un mapeo satelital que identifica las zonas más vulnerables a inundaciones en la CDMX. Esta herramienta, desarrollada por investigadores del Instituto de Geografía, se convierte en un instrumento crucial para la prevención y la toma de decisiones informadas, no solo para las autoridades, sino también para los propios ciudadanos.
El Dr. Ángel Emmanuel Zúñiga Tovar, líder del proyecto, explica que el mapeo se basa en imágenes de radar del satélite Sentinel-1, proporcionado por la Agencia Espacial Europea (ESA). Analizando los datos de las lluvias del 2 de junio, el equipo identificó las áreas de mayor riesgo, concentrándose principalmente en la zona centro-oriente de la ciudad. Sin embargo, el estudio revela una preocupante realidad: toda la urbe presenta algún grado de vulnerabilidad ante las inundaciones.
El mapeo detalla las colonias más críticas, incluyendo La Laguna Ticomán y Lindavista en Gustavo A. Madero, Parque Tezozómoc y la exrefinería 18 de marzo en Azcapotzalco, el Hipódromo de las Américas y Reforma Social en Miguel Hidalgo, Zedec Santa Fe en Cuajimalpa, La Ciénega y los alrededores de la estación del metro en Tláhuac, y varias secciones del Bosque de Chapultepec, un pulmón vital para la ciudad que también sufre los estragos de las inundaciones. Las vialidades tampoco escapan a esta problemática, con afectaciones importantes en la Carretera Naucalpan-Ecatepec, Avenida Río de los Remedios, Autopista Urbana Siervo de la Nación, Anillo Periférico Sur, Viaducto Tlalpan, Autopista México-Puebla, Calzada Ignacio Zaragoza, Boulevard Puerto Aéreo y Avenida Gran Canal del Desagüe.
El Dr. Zúñiga enfatiza que las inundaciones no son un fenómeno reciente, sino una constante en la historia de la ciudad, remontándose a la fundación de México-Tenochtitlan en 1325. Desde entonces, la lucha contra el agua ha sido una constante, con la construcción de bordos, diques y, más recientemente, obras de infraestructura como el Túnel Emisor Oriente. No obstante, estas medidas han resultado insuficientes ante la combinación de factores que agravan el problema.
La urbanización descontrolada, la creciente pérdida de áreas verdes que actúan como esponjas naturales, el hundimiento del suelo, la formación de islas de calor que intensifican las precipitaciones y una planeación hidráulica deficiente, conforman un cóctel explosivo que perpetúa el ciclo de inundaciones en la capital. “Debemos asumir nuestra responsabilidad”, señala Zúñiga, “y no culpar únicamente a las lluvias, al cambio climático o a la naturaleza. Solo así podremos transformar esta realidad”.
El mapeo de la UNAM no se limita a la CDMX. También abarca municipios del Estado de México como Tlalnepantla, Ecatepec, Texcoco, Nezahualcóyotl y Chalco, zonas que comparten problemáticas similares debido a la rápida urbanización y la falta de infraestructura adecuada. La inclusión de estas áreas en el estudio subraya la necesidad de una visión metropolitana para abordar el problema de las inundaciones.
La tecnología satelital, como la empleada en este proyecto con las imágenes del Sentinel-1, se presenta como una herramienta invaluable para el monitoreo y la mitigación de los impactos de las lluvias. A diferencia de los métodos terrestres, los radares ofrecen una perspectiva integral y precisa de las zonas afectadas, permitiendo una mejor evaluación de los daños y una planificación más efectiva de las acciones de respuesta. En Europa, esta tecnología ya se utiliza de manera sistemática para la planificación de rescates y desazolves, mientras que en México su potencial aún está subutilizado.
Con la temporada de lluvias en pleno desarrollo, el mapeo de la UNAM nos recuerda la importancia de la combinación de tecnología, planificación urbana responsable y una conciencia ciudadana para enfrentar este desafío. La transformación de la realidad de una ciudad que, año tras año, lucha contra las inundaciones, depende de la acción conjunta de todos los actores involucrados. La información generada por este proyecto es un paso fundamental en esa dirección, brindando herramientas para la toma de decisiones informadas y la construcción de una ciudad más resiliente.
Fuente: El Heraldo de México