2 de julio de 2025 a las 00:10
Playas Mexicanas: ¿Robadas?
La creciente ola de extranjeros que intentan privatizar playas mexicanas ha encendido las alarmas y reavivado la discusión sobre la protección de nuestro patrimonio natural. Aunque la ley es clara y establece que las playas son bienes públicos, lamentablemente seguimos presenciando casos de individuos, en su mayoría extranjeros, que, amparados en una supuesta ignorancia o movidos por una ambición desmedida, buscan apropiarse de estos espacios que pertenecen a todos los mexicanos.
Estos incidentes, que van desde simples malentendidos hasta confrontaciones y acusaciones penales, nos obligan a reflexionar sobre la importancia de reforzar la vigilancia y la aplicación de la ley en nuestras costas. No podemos permitir que la belleza y la accesibilidad de nuestras playas se vean amenazadas por intereses particulares. El caso de la mujer en playa San Francisco, Nayarit, multada con 150 mil pesos por intentar expulsar a bañistas, sienta un precedente importante. Es una clara señal de que las autoridades están tomando cartas en el asunto y no tolerarán este tipo de abusos. Sin embargo, la multa, si bien significativa, ¿es suficiente para disuadir a futuros infractores? ¿Qué otras medidas se pueden implementar para garantizar el libre acceso a nuestras playas?
La confrontación en Isla Blanca, Cancún, donde una turista intentó desalojar a mexicanos argumentando que la playa era privada, ilustra la desconexión que existe entre la percepción de algunos extranjeros y la realidad legal en México. Es crucial implementar campañas de información dirigidas a los turistas, tanto nacionales como internacionales, para que conozcan sus derechos y obligaciones en relación al uso de las playas. Estas campañas deben ser difundidas en múltiples idiomas y a través de diversos canales, incluyendo redes sociales, páginas web y folletos informativos.
La imagen de una extranjera intentando colocar postes de concreto en la playa El Tomatal, Oaxaca, para delimitar su propiedad y restringir el paso, es un ejemplo flagrante de la apropiación indebida de espacios públicos. Este caso, además de ser un atentado contra el patrimonio natural, representa una amenaza para el turismo local, ya que playas como El Tomatal, consideradas vírgenes y de gran belleza natural, atraen a visitantes de todo el mundo. Privatizar estos espacios no solo afecta el derecho de los mexicanos a disfrutar de sus playas, sino que también impacta negativamente la economía local.
El incidente protagonizado por el influencer Josué Jaib en Playa Las Islitas, San Blas, donde un hombre encapuchado intentó impedirle el paso, añade un elemento de intimidación y violencia a esta problemática. Este tipo de acciones no pueden ser toleradas y deben ser investigadas y sancionadas con todo el rigor de la ley. Es fundamental garantizar la seguridad de quienes visitan nuestras playas y protegerlos de cualquier tipo de agresión o amenaza.
Es necesario un esfuerzo conjunto entre autoridades, comunidades locales y la sociedad civil para proteger nuestras playas. Debemos promover una cultura de respeto y responsabilidad hacia el patrimonio natural y asegurarnos de que las futuras generaciones puedan disfrutar de la belleza y la accesibilidad de nuestras costas. La lucha por la defensa de nuestras playas es una lucha por la defensa de nuestra identidad y de nuestro futuro.
Fuente: El Heraldo de México