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1 de julio de 2025 a las 21:20

Jóvenes arriesgan sus vidas: el peligroso "Subway Surfing"

La imprudencia juvenil y la búsqueda de emociones fuertes han cobrado un alto precio en Kiev, Ucrania. Un joven, en su afán por grabar un video viral bailando sobre un tren estacionado, sufrió un grave accidente al tocar accidentalmente un cable de alta tensión. Las imágenes, capturadas por testigos que observaban la escena, muestran la cruda realidad de un momento que pasó de la euforia a la tragedia en cuestión de segundos. El chico, ajeno al peligro que lo acechaba, realizaba enérgicos pasos de baile cuando, al extender los brazos, entró en contacto con el cable. La descarga eléctrica fue fulminante, provocando su caída inmediata al suelo del vagón.

Este incidente ha generado una ola de indignación y preocupación en redes sociales. Muchos usuarios cuestionan la falta de conciencia del joven y de quienes lo acompañaban, recordando los peligros letales que representan los cables de alta tensión. La búsqueda de la viralidad y la presión social por obtener “likes” y reconocimiento en internet no justifican poner en riesgo la vida.

El caso pone de manifiesto la creciente tendencia del “subway surfing”, una práctica extremadamente peligrosa que consiste en subirse al exterior de trenes en movimiento, ya sea en el techo, laterales o entre los vagones. Aunque algunos lo ven como una forma de rebeldía o una aventura emocionante, las consecuencias pueden ser devastadoras, desde caídas y golpes contra objetos, hasta electrocuciones y muerte.

Ciudades como Nueva York, Berlín, Moscú y São Paulo, con extensas redes de metro, han sido escenario de numerosos accidentes relacionados con el subway surfing. Las autoridades han intensificado las campañas de prevención, advirtiendo sobre los riesgos y la ilegalidad de esta práctica, pero la adrenalina y la inconsciencia siguen cobrando víctimas.

Es fundamental comprender la letalidad de los cables de alta tensión. Estos cables, esenciales para el suministro eléctrico, transportan un voltaje extremadamente alto. Un simple contacto puede provocar quemaduras severas, tanto externas como internas, daño a órganos vitales, e incluso la muerte. El cuerpo humano, al ser un buen conductor de electricidad, se convierte en un canal para la corriente, causando daños irreparables.

A diferencia de las quemaduras convencionales, las quemaduras eléctricas pueden afectar tejidos profundos, incluso sin dejar marcas visibles en la piel. Músculos, nervios, vasos sanguíneos y órganos internos pueden sufrir daños devastadores, llevando a amputaciones o secuelas permanentes.

Este trágico incidente en Kiev debe servir como una llamada de atención sobre la importancia de la prudencia y el respeto a las normas de seguridad. La vida es un regalo invaluable que no debe ponerse en juego por la búsqueda de emociones efímeras o la presión social. La educación y la concientización son claves para prevenir futuras tragedias y fomentar una cultura de responsabilidad individual y colectiva. Es crucial que padres, educadores y la sociedad en general trabajen juntos para transmitir a los jóvenes la importancia de valorar la vida y tomar decisiones responsables. El precio de la imprudencia puede ser demasiado alto.

Fuente: El Heraldo de México