La sombra de Florinda Meza se extiende nuevamente sobre la vecindad del Chavo, reavivando viejas polémicas y destapando secretos que parecían enterrados bajo el peso de los años. El estreno de la bioserie “Chespirito: fue sin querer queriendo” ha actuado como un catalizador, trayendo al presente las controversiales declaraciones de Meza sobre los hijos de Gómez Bolaños y su propia relación con el comediante. Pero la historia no termina ahí, pues nuevos testimonios arrojan luz sobre la vida personal de la actriz, pintando un cuadro mucho más complejo y, para algunos, escandaloso.

El escenario de esta nueva revelación fue la boda de la actriz Manola Diez. Entre la música y la celebración, un encuentro fortuito entre la periodista Martha Figueroa y Edson Villagrán, hijo mayor de Carlos Villagrán "Kiko", desató una cascada de confesiones. Edson, quien se desempeñaba como DJ en la fiesta, no solo expresó su apoyo a Figueroa tras un comentario crítico hacia Meza, sino que también compartió un doloroso recuerdo de su infancia: la separación de sus padres, supuestamente a causa de la interferencia de Florinda Meza.

Según el relato de Edson a Figueroa, Meza solía presentarse en su casa en busca de Carlos Villagrán, con una actitud que él describe como "loca". Kiko, ante la insistencia de la actriz, se veía obligado a acompañarla, dejando a su esposa e hijo en casa, a veces incluso hasta el día siguiente. Estas visitas, según el testimonio de Edson, fueron el detonante de la ruptura matrimonial de sus padres, una herida que aún parece latente.

La historia no termina con Carlos Villagrán. En un giro inesperado, Edson reveló que su padre no fue el único miembro del elenco que sucumbió a los supuestos encantos de Florinda Meza. Rubén Aguirre, el entrañable Profesor Jirafales, también habría terminado su matrimonio debido a un supuesto enamoramiento con la actriz. Esta revelación, aunque carece de detalles específicos, añade una nueva capa de complejidad a la ya turbulenta narrativa que rodea la vida personal de los actores del Chavo del 8.

Las declaraciones de Edson Villagrán, filtradas a través de Martha Figueroa, abren una caja de Pandora. ¿Qué hay de cierto en estas acusaciones? ¿Son recuerdos distorsionados por el tiempo y el dolor, o revelaciones valientes de una verdad oculta por décadas? Lo cierto es que estas nuevas informaciones arrojan una sombra de duda sobre la imagen pública de Florinda Meza y reavivan un debate que parecía enterrado en el pasado. La vecindad del Chavo, otrora símbolo de risas e inocencia, se convierte ahora en escenario de un drama que trasciende la ficción. El tiempo, como siempre, será el encargado de desentrañar la verdad y poner cada pieza en su lugar. Mientras tanto, el público, ávido de respuestas, espera expectante el siguiente capítulo de esta historia que parece no tener fin.