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1 de julio de 2025 a las 12:15

El Impacto de las Carnes Frías

La creciente demanda de carnes frías en México ha puesto de manifiesto la importancia de este sector en la alimentación diaria de las familias. El dato revelado por el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) sobre la necesidad de importar el 4% de estos productos para satisfacer el consumo nacional, nos invita a reflexionar sobre las dinámicas de producción y consumo en el país. Un millón 235 mil 574 toneladas de carnes frías consumidas en 2023 contra una producción nacional de un millón 183 mil 84 toneladas, pinta un panorama claro: la demanda interna supera la capacidad de producción actual.

Este incremento en el consumo, según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto del INEGI, se traduce en un consumo semanal aproximado de 500 gramos por hogar, lo que representa un 14% del gasto total en cárnicos. Un dato aún más revelador es que este porcentaje de consumo de carnes frías equivale al consumo de carne fresca de cerdo, consolidando su lugar como un alimento básico en la mesa de los mexicanos.

Lo interesante es que este aumento en la demanda se ha mantenido a pesar del incremento del 1.4% en los precios de las carnes frías en 2024, en comparación con el año anterior. Este fenómeno podría explicarse por diversos factores, como la practicidad de estos productos en la vida moderna, la diversificación de la oferta en el mercado, e incluso la influencia de la publicidad y las tendencias culinarias.

Analizando las importaciones, observamos que la salchicha lidera la lista con un 32% del total, seguida del pepperoni con un 30% y el jamón con un 10%. Esta información nos permite comprender las preferencias de los consumidores mexicanos y las oportunidades que existen para la industria nacional en la producción de estos productos específicos.

La situación se complejiza aún más al considerar el contexto general de la importación de carne en México. Factores externos, como la plaga del gusano barrenador y la gripe aviar, han impactado los precios y la disponibilidad de carne, obligando al país a recurrir a la importación de países como Brasil, Argentina, Uruguay y Australia.

El caso del gusano barrenador y su impacto en la economía mexicana, particularmente en la exportación de ganado vivo a Estados Unidos, ilustra la vulnerabilidad del sector ante eventos inesperados. La suspensión de las importaciones por parte de Estados Unidos representó una pérdida de cerca de 700 millones de dólares y la imposibilidad de exportar aproximadamente 650 mil cabezas de ganado. Si bien la situación se ha normalizado con el levantamiento de las barreras comerciales, la experiencia sirve como recordatorio de la importancia de la diversificación de mercados y la implementación de medidas preventivas para minimizar los riesgos.

En definitiva, el panorama del mercado de carnes frías en México presenta desafíos y oportunidades. Por un lado, el incremento en el consumo interno exige una mayor producción nacional para reducir la dependencia de las importaciones. Por otro lado, la diversificación de la oferta y la innovación en productos pueden impulsar el crecimiento del sector y satisfacer las cambiantes demandas de los consumidores. La clave para el éxito reside en la colaboración entre el sector público y privado, la inversión en tecnología y la promoción de prácticas sostenibles que garanticen la seguridad alimentaria y el desarrollo económico del país.

Fuente: El Heraldo de México