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1 de julio de 2025 a las 16:40
¿Dónde está Aryam Yadira?
La angustia se cierne sobre la familia Roque Martínez. Cada minuto que pasa es una daga clavada en la esperanza. Aryam Yadira, una jovencita de apenas 14 años, se desvaneció en el aire el 30 de junio de 2025. Salió de su hogar en la colonia El Divisadero, en Tlalpan, y desde entonces, el silencio es la única respuesta a las plegarias de sus seres queridos. Imaginen la escena: una tarde cualquiera, quizás el sol declinando tras los cerros, Aryam cruza la puerta, ¿con una sonrisa?, ¿con la mirada perdida en sus pensamientos adolescentes?, ¿con una promesa tácita de regresar pronto? Nadie lo sabe. Lo cierto es que la puerta se cerró tras ella y el eco de sus pasos se perdió en las calles de la colonia.
La incertidumbre es un monstruo que devora la tranquilidad. ¿A dónde se dirigía Aryam? ¿Iba a encontrarse con alguien? ¿Fue un impulso repentino, una decisión tomada en un instante? Las preguntas se acumulan como piedras en el pecho, cada una más pesada que la anterior. Sus familiares, con el corazón en un puño, dieron la voz de alarma de inmediato. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México activó los protocolos de búsqueda, la ficha con su rostro y sus señas particulares comenzó a circular, un grito desesperado en medio del ruido de la ciudad.
Su descripción es un retrato que todos debemos grabar en nuestra memoria: 1.50 metros de estatura, complexión delgada, piel clara, cabello lacio y castaño oscuro, fleco recto que enmarca unos ojos grandes y café oscuro. Dos lunares, uno en el mentón, otro en la mejilla izquierda, y una cicatriz en la parte baja de la espalda, marcas que la hacen única, inconfundible. Recuerden su ropa: chamarra negra con rayas blancas en las mangas, blusa negra de manga corta, pantalón de mezclilla negro y tenis blancos. Una combinación sencilla, la que cualquier adolescente podría usar, pero que ahora se convierte en una pieza clave para encontrarla.
Cada detalle, por pequeño que parezca, puede ser la pieza del rompecabezas que nos falta. ¿Alguien la vio salir de su casa? ¿Alguien la vio en el transporte público? ¿Alguien la vio caminando por las calles de Tlalpan o en alguna otra alcaldía? No importa si la información parece insignificante, cualquier pista puede ser vital. La Fiscalía garantiza la confidencialidad de las denuncias. No se necesita tener pruebas, solo la certeza de haberla visto, la intuición de reconocerla en algún lugar.
La solidaridad es una red invisible que nos une en momentos de angustia. Compartamos la ficha de búsqueda en redes sociales, hablemos con nuestros vecinos, mantengamos los ojos abiertos. Aryam es una de las nuestras, una joven con sueños, con un futuro por delante. No permitamos que la oscuridad la envuelva. Su familia la espera, la ciudad la espera. Que la luz de la esperanza nos guíe para encontrarla y traerla de vuelta a casa. Cualquier información, por mínima que sea, puede ser la diferencia entre la incertidumbre y el alivio. No te quedes callado, tu voz puede ser la que la encuentre.
Fuente: El Heraldo de México