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1 de julio de 2025 a las 19:10

Descubre la verdad sobre el desayuno con barbacoa

Sumérgete en el fascinante mundo de la barbacoa, un platillo que ha conquistado paladares por generaciones. Su aroma inconfundible, la textura tierna de la carne y el sabor ahumado que impregna cada bocado la convierten en una experiencia culinaria inigualable, profundamente arraigada en la tradición mexicana. Pero más allá del placer gustativo, ¿qué secretos esconde este manjar en cuanto a sus propiedades nutricionales? Acompáñanos en este recorrido para descubrir los beneficios y las precauciones que debemos tener al disfrutar de este ícono de la gastronomía nacional.

La barbacoa, tradicionalmente elaborada con carne de borrego o res, cocida lentamente en un horno subterráneo, nos ofrece un tesoro de nutrientes esenciales. La carne, protagonista indiscutible, es una fuente excepcional de proteínas de alta calidad, indispensables para la construcción y reparación de tejidos. Además, aporta hierro, fundamental para la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno en la sangre, zinc, que fortalece el sistema inmunológico y promueve la cicatrización, y vitamina B12, crucial para el buen funcionamiento del sistema nervioso y la formación de células sanguíneas.

El método de cocción lenta y al vapor, característico de la barbacoa tradicional, permite que la carne conserve sus jugos naturales, realzando su sabor y aportando una jugosidad incomparable. Esta técnica, además, evita la necesidad de añadir grasas externas, lo que la convierte en una opción más saludable en comparación con otras carnes fritas o empanizadas, que suelen ser bombas calóricas.

Sin embargo, como en todo, la moderación es clave. El consumo excesivo de barbacoa, especialmente de las partes más grasosas o de vísceras como la pancita o la cabeza, puede elevar significativamente la ingesta de grasas saturadas, lo cual podría afectar negativamente los niveles de colesterol. Asimismo, los acompañamientos tradicionales, como las salsas picantes, las tortillas, el consomé, rico en grasas, y los refrescos, pueden incrementar considerablemente el consumo de calorías, sodio y azúcares, representando un riesgo para la salud, especialmente para personas con colesterol alto, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o diabetes.

Para disfrutar de la barbacoa sin remordimientos, te recomendamos elegir cortes magros de carne, limitar el consumo de vísceras, optar por salsas con menor contenido de sodio y picante, controlar la cantidad de tortillas y sustituir el refresco por agua, agua fresca natural sin azúcar añadido o bebidas bajas en calorías.

Finalmente, es crucial poner atención a la higiene en la preparación. La cocción prolongada y, en muchos casos, al aire libre, requieren un manejo cuidadoso de los alimentos y una adecuada refrigeración para evitar la proliferación de bacterias que podrían causar enfermedades. Asegúrate de que el establecimiento donde consumes barbacoa cumpla con las normas de higiene y seguridad alimentaria. De esta manera, podrás disfrutar plenamente de este delicioso platillo, cuidando al mismo tiempo tu salud y bienestar. ¡Buen provecho!

Fuente: El Heraldo de México