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1 de julio de 2025 a las 19:00

Calor extremo 2025: ¿Riesgos para tu salud?

El calor agobiante se instala en nuestros hogares, un recordatorio palpable de que la canícula ha llegado. Más allá de ser simplemente una temporada de altas temperaturas, la canícula es un fenómeno meteorológico con implicaciones significativas para nuestra salud y bienestar. En regiones como el sur y sureste de México, donde el sol se convierte en un protagonista implacable, las temperaturas pueden alcanzar hasta los 40 grados centígrados, transformando el paisaje en un escenario árido y desafiante.

Este periodo, que tradicionalmente sigue al solsticio de verano, se caracteriza por la disminución drástica de las lluvias. El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua nos explica que la fuerza de los vientos alisios, provenientes del este, impide la formación de nubes sobre el océano, privando a la tierra firme de la tan ansiada precipitación. Este fenómeno, aunque cíclico y esperado, no deja de ser una prueba para la resistencia humana y un llamado a la prevención.

La canícula, con su duración aproximada de 40 días, es una época en la que la hidratación se convierte en nuestra mejor aliada. La deshidratación, un enemigo silencioso, puede acecharnos en cada esquina, provocando desde malestar general hasta complicaciones severas. Recordemos que nuestro cuerpo, sometido a temperaturas extremas, pierde líquidos rápidamente, sobre todo si realizamos actividades físicas al aire libre. Imaginen, hasta dos litros de líquido por hora podemos perder durante el ejercicio bajo el sol inclemente.

El golpe de calor, una amenaza latente durante la canícula, es una condición que requiere atención médica inmediata. Sus síntomas, que incluyen mareos, náuseas, piel enrojecida y seca, e incluso pérdida del conocimiento, son señales de alerta que no debemos ignorar. Es fundamental evitar la exposición directa al sol, especialmente entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, horas en que los rayos solares alcanzan su máxima intensidad. Buscar la sombra, utilizar ropa ligera y de colores claros, y mantenernos hidratados con bebidas que contengan electrolitos son medidas cruciales para proteger nuestra salud.

Pero la canícula no solo pone en riesgo nuestra salud a través del calor directo. Las altas temperaturas también propician la proliferación de bacterias y parásitos en los alimentos, aumentando el riesgo de enfermedades gastrointestinales. La salmonella y la E. coli, esperan pacientemente en alimentos mal almacenados o cocinados de forma inadecuada, listas para causar estragos en nuestro sistema digestivo. Diarrea, vómitos, fiebre y dolor abdominal son solo algunos de los síntomas que pueden arruinar nuestras vacaciones o días de descanso. La higiene en la manipulación de alimentos y su correcta cocción son esenciales para evitar estos inconvenientes.

Incluso una pequeña herida, un rasguño aparentemente insignificante, puede convertirse en un foco de infección durante la canícula. El calor acelera la reproducción de bacterias, transformando una lesión menor en un problema mayor. Limpieza con agua y jabón, y mantener la herida cubierta son precauciones que no debemos pasar por alto.

La canícula es un desafío, una prueba de nuestra capacidad de adaptación. Pero con la información adecuada y las medidas preventivas necesarias, podemos disfrutar de este periodo sin poner en riesgo nuestra salud. Informémonos, cuidémonos y protejámonos, para que el calor del verano sea solo un recuerdo agradable.

Fuente: El Heraldo de México