Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Seguridad

30 de junio de 2025 a las 06:45

Niño perdido en Chapultepec: Discusión familiar lo lleva al bosque

La creciente vulnerabilidad de nuestros niños nos llama a la reflexión. Dos casos en menos de una semana sacuden la conciencia de la Ciudad de México, pintando un panorama preocupante sobre la seguridad infantil y la necesidad de fortalecer los lazos familiares. La historia del pequeño de 12 años encontrado solo en el Bosque de Chapultepec, abrazado al silencio de la noche y a la fría compañía de una banca, despierta una profunda tristeza. Imaginemos su angustia, la desesperación que lo llevó a abandonar su hogar en la colonia Estrella tras una discusión con su madre. Un niño, prácticamente un bebé, deambulando sin rumbo, sin más pertenencias que la ropa que llevaba puesta, expuesto a los peligros de la noche en una ciudad tan grande y compleja. La imagen conmueve y nos obliga a preguntarnos: ¿Qué falla en el tejido familiar? ¿Qué grietas en la sociedad permiten que un niño se sienta tan solo y desprotegido que prefiera la incertidumbre de la calle al calor de su hogar?

Afortunadamente, la pronta intervención de la Policía Auxiliar evitó una tragedia. El gesto de los oficiales, brindándole alimento, bebida y una manta, trasciende el simple cumplimiento del deber. Es un acto de humanidad que nos recuerda la importancia de la empatía y la solidaridad en una sociedad cada vez más individualista. Sin embargo, el rescate del niño, aunque esperanzador, es solo el primer paso en un largo camino hacia su recuperación emocional y la reconstrucción de su entorno familiar. La Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIPEDE) tiene ahora la delicada tarea de tender puentes entre el niño y su familia, de sanar las heridas que provocaron esta dolorosa separación.

Este caso, unido al rescate de los dos adolescentes de 15 años en el CETRAM Pantitlán, enciende una luz de alarma sobre la problemática de las desapariciones de menores. Si bien las circunstancias difieren, ambos episodios comparten un denominador común: la fragilidad de los vínculos familiares y la necesidad de una mayor atención a la salud emocional de nuestros jóvenes. Los adolescentes, en plena etapa de desarrollo y búsqueda de identidad, pueden ser especialmente vulnerables a situaciones de conflicto familiar, presiones sociales y la influencia de entornos negativos. Es crucial fortalecer las redes de apoyo para estos jóvenes, brindarles espacios de escucha y orientación, y promover una cultura de comunicación abierta dentro de las familias.

La labor de la SSC en ambos rescates es encomiable, pero no podemos delegar únicamente en las autoridades la responsabilidad de proteger a nuestros niños y adolescentes. Es un compromiso que nos incumbe a todos. Debemos estar atentos a las señales de alerta, fomentar la comunicación en nuestras comunidades y crear entornos seguros donde nuestros jóvenes puedan crecer y desarrollarse plenamente. La prevención es fundamental, y comienza con la construcción de familias fuertes, basadas en el respeto, el diálogo y el amor incondicional. La infancia es un tesoro que debemos proteger a toda costa, porque en ella reside el futuro de nuestra sociedad.

Fuente: El Heraldo de México